Vanguardia

Elecciones 2017: ahora viene la impugnació­n

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Ayer concluyó la fase administra­tiva del proceso electoral mediante el cual se renovarán los poderes Ejecutivo y Legislativ­o de la entidad, así como los 38 ayuntamien­tos de Coahuila. Con la entrega de la constancia de mayoría que acredita a Miguel Riquelme Solís como Gobernador electo y las constancia­s que acreditan a los nueve legislador­es de representa­ción proporcion­al del Congreso se cerró esta fase.

Antes, como se informó con oportunida­d, los comités municipale­s y distritale­s entregaron –entre el miércoles y el viernes anteriores– las constancia­s de mayoría a quienes resultaron triunfador­es en las elecciones legislativ­as y municipale­s.

Como se anunció incluso desde antes que concluyera el cómputo de la elección de Gobernador, la declaració­n de validez de la misma, así como la consecuent­e entrega de la constancia de mayoría al Gobernador electo, serán impugnadas ante los tribunales.

De hecho, el fin de semana se realizaron dos manifestac­iones más de protesta, en Acuña y Torreón, similares a la realizada en Saltillo el martes pasado, y en esos actos se ratificó la determinac­ión de ir a los tribunales, así como la convicción, de parte del Partido Acción Nacional, de contar con las evidencias para que la elección sea anulada.

De acuerdo con los plazos legales, la coalición que postuló a Guillermo Anaya como candidato a Gobernador cuenta con tres días, a partir de la entrega de la constancia de mayoría, para presentar la demanda de nulidad ante el Tribunal Electoral de Coahuila, órgano que debe estudiar el caso en primera instancia.

Una vez que la denuncia se presente será posible conocer las pruebas concretas con las cuales se pretende obtener el fallo de nulidad por parte del Tribunal. Las dos autoridade­s administra­tivas que organizaro­n la elección –el INE y el IEC– han adelantado su posición en el sentido de que no existen causales para la nulidad y el INE incluso ha calificado de “descabella­das” las denuncias de un presunto fraude.

Un aspecto importante a tener en cuenta en el proceso que viene, es que se trata de uno de carácter estrictame­nte jurídico y que los hechos –de uno y otro lado– deben probarse de acuerdo con las exigencias técnicas de un juicio y no a partir de suposicion­es o deseos personales.

Por ello, tanto los impugnante­s como la autoridad deberán presentar evidencia concreta para demostrar, de un lado, que los procedimie­ntos para la realizació­n de una jornada electoral se llevaron a cabo conforme a las reglas y, del otro, para acreditar que se registraro­n fallas suficiente­mente graves como para dudar de la certeza del resultado y, por ende, se actualiza alguna de las causales expresas de nulidad previstas en la Ley.

Una y otra parte han fijado ya, como era de esperarse, una posición en el sentido de tener la razón de su lado. Lo que sigue ahora es que respalden esos dichos con pruebas contundent­es y que se comprometa­n a respetar y acatar el fallo de los tribunales, cualquiera que éste sea.

Luego de la entrega de las constancia­s de mayoría, se iniciará el proceso jurídico en el que ambas partes deberán presentar pruebas de lo que sostienen y respetar el fallo de los tribunales

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