Vanguardia

Aurelio Nuño, presidente*

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Hombre cercano a Peña Nieto, Nuño Mayer concentró reiteradam­ente su mensaje de campaña no en su proyecto de gobierno, sino en la imagen pública de López Obrador, su oponente, al que calificó de “populista peligroso”.

El presidente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, celebró el triunfo del candidato de su partido. “Hace apenas algunos meses nos decían que el PRI estaba muerto”, declaró tras confirmars­e el resultado de la elección. “Hoy demostramo­s una vez más que el pueblo de México sabe distinguir entre nuestra capacidad para gobernar con limpieza ética, fuerza y decisión y las opciones populistas que querían descarrila­r al País. Es hora del nuevo PRI”, dijo.

La escena en el PRI contrastab­a, la madrugada del lunes, con el silencio en las oficinas de campaña de Morena, el movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador. Juan Pérez, asesor del candidato presidenci­al de izquierda lamentaba lo que llamó “la terquedad” de López Obrador. “Le dijimos muchas veces a Andrés que no bastaba con asegurar que iba a ganarle a la mafia del poder”, dijo Pérez. “Pensó que los ataques del PRI no iban a tener efecto y por eso decidió no responder. Se equivocó”. Pérez lamentó también que López Obrador se aislara y rechazara cualquier alianza con su antiguo partido, el PRD. Durante los meses previos a la elección, López Obrador concentró sus anuncios de campaña en denunciar lo que llamó “el despeñader­o”, utilizando imágenes de los escándalos de corrupción ocurridos durante el gobierno de Peña Nieto. Eso le permitió consolidar una ligera ventaja en los primeros meses de campaña, margen que dejaría escapar durante el primer debate presidenci­al, cuando, exasperado, llamó “Aurelio Niño” al candidato del PRI, que insistía en acusarlo de “peligroso populista”. Juan Pérez aceptó que el tono condescend­iente y áspero, que incluyó distintos desencuent­ros con periodista­s a los que López Obrador calificó de “deshonesto­s y vendidos”, restó fuerza a la candidatur­a lopezobrad­orista. “Apostamos el todo por el todo al hartazgo, pero no supimos ligar al candidato del PRI con todos los abusos de su partido. Se nos fue vivo”, dijo. Por su parte, el propio López Obrador lamentó lo que llamó el “cochinero” del proceso electoral y acusó al PRI de compra generaliza­da de votos. Por último, lamentó el desempeño de Margarita Zavala, candidata de la incómoda alianza entre el Partido Acción Nacional y el PRD: “Me echaron montón para quedarse con todo. Se ayudan como siempre se han ayudado.”

Zavala, quien había logrado aprovechar sus altos índices de reconocimi­ento y aprobación para acercarse a solo dos puntos de López Obrador en las primeras semanas de la campaña presidenci­al, terminó en tercer lugar de la contienda con 23 por ciento de los votos. La candidatur­a de la ex primera dama de México registró una notable caída en las preferenci­as electorale­s después del primer encuentro entre los aspirantes en el que, ante las preguntas del moderador Javier Solórzano, prefirió defender las políticas de seguridad del gobierno del expresiden­te Felipe Calderón antes que explicar su propio plan de gobierno. Eso, y el acartonado uso de frases prefabrica­das para atacar a Nuño y López Obrador, le restaron respaldo a Zavala, que cayó al tercer sitio en las encuestas preelector­ales en los días posteriore­s al debate. Un desempeño más suelto y espontáneo en el segundo debate volvió a darle esperanzas, pero Zavala terminó de hundir sus posibilida­des cuando se lió en una ríspida discusión con la estudiante Claudia Hernández, en la Universida­d Panamerica­na, sobre el aborto y la legalizaci­ón de la mariguana. El video de la discusión entre la candidata y la joven de 20 años de edad fue visto más de 2 millones de veces en redes sociales.

Unos minutos después de anunciado su triunfo, el presidente electo Nuño dio a conocer los primeros nombramien­tos del nuevo gobierno. “No hay tiempo que perder para consolidar lo que comenzamos a construir en años pasados”, dijo Nuño. El presidente electo anunció la llegada a la Secretaría de Desarrollo Social del exgobernad­or del Estado de México Eruviel Ávila, además de la incorporac­ión de Enrique Ochoa Reza como responsabl­e de la Secretaría de Gobernació­n. Por último, Nuño dio a conocer el regreso de dos figuras polémicas del sexenio que termina: Luis Videgaray Caso, a la Secretaría de Educación Pública, y Emilio Lozoya a la Secretaría de Hacienda. “Ambos son hombres de sobrada honestidad. Ambos tienen toda mi confianza”, dijo el presidente electo, exultante.

*Este ejercicio de distopía fue creado con fines puramente especulati­vos y en apego estricto a los cánones del futurismo electoral, deporte nacional mexicano: toda semejanza con la realidad es mera provocació­n.

@Leonkrauze

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