Vanguardia

LAS APARIENCIA­S ENGAÑAN

- SALTILLO DE A PIE JESÚS PEÑA

Ái le va otra de mi barrio. Pero le advierto que la siguiente crónica contiene escenas fuertes, no aptas para menores de edad, moralistas ni cardiacos.

Resulta que en una de las esquinas de mi barrio, hace como unos siete u ochos años, llegó a instalarse una de las llamadas tienditas.

Sí hombre, una de esas casas sórdidas donde se expendían todo tipo de drogas.

Y mi padre, que en gloria esté, tenía también otra tiendita, pero no de aquellas, sino de abarrotes, no sea mal pensado.

Resulta que una noche que estaba yo despachand­o, acompañado por un amigo, entró a comprar una linda y escultural muchacha, rubiecita ella, con una carita de capullo de rosa y unas curvas, que hasta los perros callejeros del barrio la saludaron.

Recuerdo entonces que los viciosos que iban por mugrero al barrio, llegaban primero a la tienda de mi padre a comprar refrescos de lata con los que, supe después, hacían la pipas para inhalar la cocaína.

De veras que me quedé bien picas con aquella chica y de reojo vi cómo mi amigo se reía con una sonrisa entre inocente y maliciosa.

La chica se había llevado también un refresco de lata.

Cuando la mujer iba saliendo de la tienda contoneand­o sus hermosas, poderosas nalgas, antes de que yo pudiera abrir la boca mi amigo me cortó de golpe la inspiració­n:

“Es hombre”, me dijo y me quedé, ahora sí, con la boca abierta de la impresión.

Entonces mi amigo me contó una historia, que a su vez alguien le contó a él.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico