LEYENDA DE CARNE Y HUESO
PESE A QUE EL ESPAÑOL YA CONSIGUIÓ GRANDES RÉCORDS EN LA HISTORIA DEL TENIS MUNDIAL, él MISMO ASEGURA QUE SIGUE SIENDO EL MISMO DE SIEMPRE
PARÍS.- Rafael Nadal pasea su décima Copa de Mosqueteros por aguas del Sena deseando poder hacerlo en otras más tranquilas, las de su Mediterráneo mallorquín donde tomará unos días de reposo antes de afrontar el asalto a Wimbledon. Sin obsesión, esforzándose por aparecer como una persona normal.
Con la emoción del triunfo todavía viva, la cena con el rey y la fiesta todavía frescas, entre foto y foto con la torre Eiffel de fondo, el campeón de Roland Garros de 2017 y de otros nueve ediciones se sienta un rato para charlar tranquilo con un grupo reducido de periodistas.
—¿El éxito cambiado vida?—
“No, vivo en el sitio de siempre, mi vida es totalmente normal, de adolescente cuando estoy en casa y cuando estoy por el mundo algo diferente. Tengo la suerte de que cuando llega a casa la vida vuelve a ser normal y tendré la tranquilidad que necesito”.
—Ha ganado 15 Grand Slam, tres menos que Federer ¿Le pasa por la cabeza alcanzarlo?—
“Ni hace seis meses estaba ha su tan acabado ni ahora soy tan grande. Ni soy muy eufórico cuando las cosas van bien ni muy negativo cuando van mal. Soy bastante estable y generalmente intento asumir las cosas que van ocurriendo desde la normalidad y la naturalidad, sin hacer alardes ni grandes dramas. Desde esa perspectiva que me funciona sigo adelante”.
—¿Se considera hoy mejor tenista que hace unos años, más técnico y menos físico?—
“Llevo escuchando eso mucho tiempo. Si ponemos vídeos de 2013 o de 2008 veremos que no era un jugador físico. Jugaba con más intensidad porque la tenía. Pero con intensidad no se gana lo que gané en aquel momento. Creo que hay cosas que hago mejor que antes. He incorporado cosas y he perdido otras. El servicio y el revés son mejores que antes. El entendimiento del juego también. El físico es un poco peor, pero sigue de oro de Juegos Olímpicos tiene Rafael Nadal, la ganó individualmente en Beijing 2008. siendo un buen físico. En general hay una evolución, pero ni me considero mejor. No sé si el yo actual hubiera ganado al de 2008. Pero todos evolucionan, también Federer o Djokovic”.
—¿Se considera usted una leyenda?—
“No, lo llevo con total normalidad, no es nada que me preocupe. Disfruto todo el cariño que me da la gente y todos los elogios son más que bienvenidos, igual que cuando hay críticas, también las he aceptado si son dentro del respeto. Es parte de nuestro mundo. Sé que mi carrera es especial, pero a los 31 años no voy a creerme otra película diferente a lo que he pensado el resto de mi vida. Soy consciente de que todo lo que estoy viviendo es pasajero. En unos años seré un ciudadano más. Mejor no subirse muy arriba porque la caída es más grande. He tratado de estar siempre al nivel del mar”.
—Una persona normal pero que tendrá una estatua en Roland Garros ¿Le abruma?—
“No me abruma, pero tampoco lo contrario. No soy una persona de grandes fiestas. Soy de fiestas con mis amigos, pero no grandes celebraciones. Pero tampoco de grandes dramas. Soy feliz viviendo tranquilo en Mallorca, tengo la suerte de vivir en un sitio tranquilo y tengo muchas vías de escape, me pierdo en el mar o jugando al golf. Tengo una vida tranquila que me da la oportunidad de aceptar todo esto mejor”.
—Si le preguntan como aficionado quien es el mejor deportista español de toda la historia ¿qué contesta?—
“No voy a contestar a eso. No lo sé. Tenemos diferentes deportistas que en su deporte han hecho cosas especiales y lo han hecho por primera vez. Y eso tiene un valor muy grande. En el golf Severiano ha sido el deportista que marcó una época. Miguel Indurain también, Pau Gasol ha ganado dos anillos. Son cosas que no había hecho nadie, que hay que valorar y que están en la historia de nuestro país para siempre. También Fernando Alonso ha hecho algo que no había hecho nadie, ser campeón del mundo. En motos estamos arrasando. Pero todos los que han hecho cosas por primera vez tienen un valor muy grande”.