Vanguardia

‘DE ESAS VECES EN QUE LA COMUNICACI­ÓN FALLA’

-

ESTIMADA ANA:

Quiero platicarte un poco mi caso. Tengo un año y medio de casada, ya tenemos un bebé de un añito; la comunicaci­ón entre mi esposo y yo no es muy buena últimament­e, ahora te cuento el porqué.

Resulta que nos acaban de autorizar un crédito para la compra de una casa en Ramos Arizpe. Estamos muy felices porque finalmente estamos en nuestra casa… hasta allí todo va bien.

Con ese crédito que obtuvimos, queda una diferencia a favor de nosotros y mi esposo está loco, ansioso, por utilizar ese dinero para remodelar nuestra casa. Yo le planteo que utilicemos parte de ese dinero para comprar un carro para mí; primero lo dudó un poco y después fue obvio que me siguió la corriente.

Ya está por llegarse el día de que nos llegue ese dinero y ahora me dice que no, que no compraremo­s un carro para mí y que si yo quería vivir en esta ciudad ahora me tengo que aguantar, aunque batalle con los traslados.

Él me da a entender que para eso tengo hermanas y mamá para que ellas me lleven a todos lados. Obviamente así le estado haciendo pues no tengo otra opción, pero me incomoda que todos los días pasen por mí y me lleven a mi casa por la noche.

Le comento porque no es justo porque él sí tiene carro y yo soy la que batallo para trasladarm­e junto con mi bebé, ya que mi trabajo y la guardería donde la tengo, están en Saltillo.

Estoy enojada porque está siendo egoísta y yo le pregunto que en qué quiere utilizar el dinero, si la casa no necesita tanta remodelaci­ón, pues nos la acaban de entregar, está nueva y no me contesta nada.

La verdad yo no quería plantearle esto del carro porque sabía que él dudaría. No sé qué hacer, si de plano

dejar que haga lo que quiera y yo seguir batallando. Sé que puedo hacer las cosas con mi bebé, siempre lo he hecho, pero es muy injusto en su forma de pensar.

No sé cuáles palabras utilizar para decirle que muero y ruego por un carro, pero tampoco quiero humillarme por eso, porque tengo orgullo.

Yo sé que no nací en carro, es más, toda mi vida me he transporta­do en autobús, pero ahorita que ya tengo bebé ya no es de querer, sino que es una necesidad, pero él se niega.

JULIA

ESTIMADA JULIA:

En los primeros meses o incluso los primeros años de cualquier matrimonio es cuando la pareja comienza a ajustar ciertos puntos en la relación. Lo que a uno le parece que es correcto, al otro le parece que no lo es.

Y es que la toma de decisiones es el pan de cada día, la elección de cualquier cosa comienza ya a ser cosa de dos. Si de soltera elegías por ti misma, ahora ambos tendrán que estar de acuerdo, sobre todo si se trata de bienes inmuebles, como una casa o de un automóvil, como lo comentas.

No siempre se trata de egoísmo cuando el otro no está de acuerdo en algo. Supongo que tu esposo le está dando prioridad a un gasto fuerte como una remodelaci­ón porque está convencido que precisamen­te todo lo relacionad­o con bienes raíces, compra venta de casas o terrenos o remodelaci­ones, es la mejor inversión, es precisamen­te lo que le va agregando más valor a la propiedad.

Claro, si está tomando la decisión de esa manera, está perfecto y no hay punto de discusión, pero si hay una intención diferente, como cuando comentas que lo hace a manera de “castigo” por haber elegido vivir en la misma ciudad que tu familia, allí, las cosas suenan de diferente forma.

Ojalá puedan pronto aclarar y exponer cada uno sus puntos para que ambos queden conformes con la decisión final, que es lo más importante. No tiene caso comenzar con discusione­s tan pronto, sobre todo que hay suficiente­s motivos para vivir bien, ya tienen un hijo y además, una casa propia en donde vivir, algo que desafortun­adamente para muchos es imposible, ¿no crees?

ANA

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico