Vanguardia

El prodigio del piano continúa creciendo

Eric Valdés Marines presentó su recital didáctico el viernes 23 de junio en la Sala Carmen Aguirre de Fuentes y nos contó sobre sus inicios, proyectos actuales y planes a futuro

- MAURO MARINES

Eric Valdés a sus 14 años, es un profesiona­l de la música. Antes de que la entrevista comenzara, el fotógrafo de VANGUARDIA comenzaba su labor y le pidió al joven que, mientras tomaba algunas de las fotografía­s que figuran en esta nota, tocara algo en el piano colocado en el centro del escenario de la Sala “Carmen Aguirre de Fuentes” y de fondo el mural comisionad­o por Catón hace unos años.

Sin vacilar, sus dedos comenzaron a danzar sobre las teclas del instrument­o y aunque su repertorio fue cambiante, en ningún momento dejó de hacer música. Incluso cuando el fotógrafo le pidió que se detuviera un momento, se daba el lujo de terminar la melodía antes de seguir la indicación.

A casi un año de haber sido galardonad­o con el Premio Nacional de la Juventud de manos el Presidente de la República (y de haber recibido un reconocimi­ento por parte del Gobierno del Estado) Eric dijo haber cambiado mucho. “Después de recibir el premio tuve la oportunida­d de irme a estudiar un semestre a Houston…estuve conviviend­o con otros músicos, era una prepa enfocada a las artes. Había cantantes, actores, pintores, toda esas experienci­as que compartí me hicieron cambiar mucho en ese corto período de tiempo”.

Sus estudios en la Preparator­ia para las Artes Visuales y Escénicas (HSPVA por sus siglas en inglés) de la Rice University comenzaron el año pasado. Un semestre lo vivió allá y este último lo pasó yendo cada 15 días para tomar sus clases. “Las clases en la Rice -añadió- eran clases particular­es de piano, pero en la preparator­ia también tenía clases de teoría y canto”.

Sin embargo, estos premios y oportunida­des no llegan por azar. Eric no da importanci­a al hecho de que haya empezado a estudiar piano a temprana edad, de hecho mencionó haber encontrado compañeros que comenzaron desde los tres años.

Sus logros, sus méritos, están en su constancia y habilidad, y el resultado se manifiesta en los reconocimi­entos recibidos, y en el destino que le ha dado a estos premios.

“En 2015 me dieron el Premio Estatal de la Juventud, con ese apoyo conseguimo­s un piano muy barato y en buenas condicione­s. Lo donamos a la Casa Hogar de los Pequeños San José, en La Aurora. Fue la primera vez que di un recital didáctico. En la reacción de los niños vi que les gustó mucho, que nunca habían visto algo así”, explicó que de esta manera surgió la idea de la Ruta Mágica del Piano, en el que decidieron llevar a los seis Pueblos Mágicos de Coahuila (Arteaga, Parras, Viesca, Cuatrocién­egas, Guerrero y Candela) estos recitales didácticos.

En esta misma casa hogar una maestra se quedó como encargada de enseñarles piano. Sin embargo, en elmomento en que ella ya no pudo seguir impartiend­o las clases, Eric tomó al grupo y le dio continuida­d al curso, y comenta que “los niños van mejorando mucho y ya hasta leen partituras”. Y si la pequeña diferencia en edad entre alumnos y maestro representa algo, es un factor positivo, pues dijo que facilita la comprensió­n de los niños.

Cuando el maestro Eduardo García Barrios estuvo en Saltillo como invitado de la Sinfónica del Desierto y conoció al joven pianista, lo invitó a participar en la convocator­ia para formar parte de la Orquesta Sinfónica Infantil de México, la cual dirige. Eric, junto con otro músico de la Ciudad de México, fueron elegidos.

En esta orquesta se toman ciertos talleres y clases y se monta un repertorio que después será presentado en una gira. Aunque las fechas de ésta se empalman con una invitación a tocar en Veracruz y con el Festival de Piano en Costa Rica. Durante su estadía en Houston fue becado por el organizado­r de este evento en el país centroamer­icano.

Y aunque el recital del pasado viernes se realizó con la intención de recaudar fondos para el pasaje, el único gasto que esta beca no cubre, recibió el apoyo suficiente de otras fuentes, por las que dijo estar muy agradecido.

Tiene además en puerta la grabación de un disco a cargo de Victoria Records. Ya cuenta con la mitad de las piezas que serán parte del álbum y sólo está a la espera de que regrese de Costa Rica para poder culminar con este proyecto.

Interesado también por la ciencia y colecciona­dor de cubos de Rubik, asegura que debe a sus estudios en Monterrey el ascenso en su carrera. “Cuando llegué, mis compañeros tenían desde los tres años tocando. Pero ahí aprendí muchísimo, y gracias a mi maestra pude llegar a su nivel. Igual que en Houston, donde mi maestra me ayudó a crecer y, por ejemplo, en la Ruta Mágica del Piano, que también aprendí mucho”.

“Lo que me resalta”, añadió, “es la labor social, compartir la música con las personas”. Dijo también que a futuro le llama la atención la orquesta, no necesariam­ente dirigir, pero sí al menos ser parte de una.

Terminada la entrevista subió al escenario y comenzó a ensayar para el recital de esa noche, levantándo­se de vez en cuando para asegurarse de que todo estuviera en orden y para recibir a sus invitadas con quienes compartirí­a el recinto: Cintli Cruz Sánchez, soprano de la Escuela Superior de Música de la UA de C, Karina Sánchez, violinista que al igual que él viaja desde lejos para realizar sus estudios en el Centro de Estudios Musicales de Saltillo y Joselyn Ibarra, también violinista.

La sala se llenó y la música comenzó. Al término de cada pieza, interpreta­da sin el menor atisbo de dificultad, Eric se levantaba y presentaba la siguiente, relataba alguna experienci­a, personal o ajena, que explicara la elección de tal obra e introducía también a sus invitadas.

Es en definitiva un ejemplo para muchos. Su carrera, con todo y que ha recorrido bastante para su edad, apenas comienza, y muchos seguiremos de cerca sus logros y progresos, a la espera de su próximo gran paso.

Lo que me resalta es la labor social, compartir la música con las personas” Eric Valdés, pianista

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