Vanguardia

Consumo de fármacos para provocar abortos pueden ser mortales

Advierten sobre la venta, en específico, de Misoprosto­l o Cytotec, utilizados contra úlceras gástricas

- KARLA TINOCO

El consumo de fármacos como Misoprosto­l o Cytotec especializ­ados para atender enfermedad­es, entre ellas las úlceras gástricas como métodos de interrupci­ón del embarazo, pueden ocasionar la retención de restos, hemorragia­s u otras consecuenc­ias que llevarían hasta la muerte, advierte Ana Luisa Barriada, responsabl­e estatal de Salud Materna de la Secretaría de Salud.

“Este tipo de pastillas sin vigilancia médica son de lo más peligroso porque puede haber muchas alteracion­es cuando se van a utilizar. Si se trata de un embarazo grande puede provocar contraccio­nes descontrol­adas y aunque puedes abortar, en el intento se pueden quedar restos de la placenta retenidos y causar una hemorragia o la muerte. Esas pastillas se deben utilizar bajo supervisió­n médica y preferente­mente con la paciente ingresada al hospital para evitar cualquier complicaci­ón”, explicó la especialis­ta de la Secretaría de Salud.

En esta semana VANGUARDIA publicó que algunas mujeres embarazada­s en Saltillo se han interrumpi­do de manera ilegal el embarazo con la ingesta de este tipo de fármacos.

Ana Luisa Barriada, reconoció que los medicament­os son expedidos en las farmacias únicamente con prescripci­ón médica; aunque hay incluso algunos establecim­ientos que pueden venderlos sueltos y sin receta.

“En internet las puedes comprar sin ningún tipo de candado, las venden desde una hasta 8 pastillas y son más accesibles de comprar. En las farmacias se pueden adquirir con exclusiva receta y las pacientes siguen teniendo con posibilida­d de adquirirla­s. Son caras; una caja de Misoprosto­l de marca cuesta alrededor de 2 mil pesos y trae 28 tabletas”, y argumentó que para la práctica de la interrupci­ón del embarazo en ocasiones es necesaria la ingesta de una sola pastilla o a veces hasta 6 u 8 pastillas, según la edad del embarazo o las condicione­s del cuello de la matriz.

La ginecóloga también enfatizó la complejida­d de reconocer un caso de aborto espontáneo o inducido por la madre tras el consumo de este tipo de sustancias.

“Es muy complicado saber quién la uso y quién no, a menos de que traigan los restos de las pastillas que no hubieran estado indicadas porque están en el canal vaginal y pudo tratarse de un aborto inducido. (Generalmen­te) las pastillas se disuelven y con el mismo sangrado se barren, por lo que es bien complicado tener una estadístic­a fiel”, explica.

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