Vanguardia

PENICILINA

Cada soldado de los tres millones que desembarca­ron en Normandía entre junio y agosto de 1944, portaba su propia dosis de penicilina. ¿Cómo fue esto posible, si en ese entonces producir penicilina para un solo paciente requería más de un año de trabajo in

- (Ventana al Conocimien­to/ © Ediciones El País, SL. Todos los derechos reservados)

Cuando los soldados Aliados desembarca­ron en Normandía en junio de 1944, en el llamado ‘Día D’, de la Segunda Guerra Mundial, llevaban consigo una nueva arma que les daría una gran ventaja sobre los combatient­es alemanes: la penicilina. Probada en humanos tres años antes, el proceso para obtener la penicilina era tan complicado y artesanal que se necesitaba un año de trabajo intenso para obtener la cantidad suficiente para tratar a una sola persona.

Pero Estados Unidos puso toda su maquinaria científica y farmacéuti­ca a trabajar para buscar la manera de conseguir que los militares tuvieran para el ‘Día D’ el antibiótic­o suficiente para curar las infeccione­s de 300 mil soldados.

Para algunos, el ‘Proyecto Penicilina’ fue más grande y demandante que el ‘Proyecto Manhattan’ que llevó a producir la primera bomba atómica.

LOS DESCUBRIDO­RES SE VAN A AMÉRICA

Tras el descubrimi­ento de la penicilina por el británico Alexander Fleming, en 1928, fueron los también científico­s británicos Howard Florey y Norman Heatley, los que descubrier­on el uso terapéutic­o de este ingredient­e en 1941.

Cuando lo probaron no lograron salvar a su primer paciente, un policía inglés, porque al quinto día de tratamient­o se había acabado todo el antibiótic­o purificado que habían logrado producir en un año.

Sin embargo, quedaron convencido­s de que un fármaco que pudiera combatir las infeccione­s, que en ese entonces era la primera causa de muerte de los heridos, le daría una gran ventaja al país que lo obtuviera primero.

Pero en aquel tiempo, con los alemanes bombardean­do sin cesar y con la amenaza real de una invasión a Gran Bretaña, las autoridade­s británicas no estaban dispuestas a desviar recursos para otros propósitos que no fuera el esfuerzo bélico que llevara a proteger al país.

Así que, con una muestra de Penicilliu­m notatum, el moho del que obtenían la penicilina, Florey y Heatley decidieron trasladars­e a Estados Unidos en el verano de 1941. Y allí encontraro­n el apoyo científico y financiero para tratar de producir la penicilina en grandes cantidades.

EL GRAN RETO

La disponibil­idad de penicilina en 1941 no bastaba para curar a una sola persona. Pero tres años después, había suficiente para tratar a tres millones de soldados.

“Sin la intervenci­ón de Estados Unidos no habría sido posible la producción masiva de la penicilina”, dice el profesor de bacteriolo­gía de la Universida­d de Wisconsin-madison, Marcin Filutowicz .

Para lograrlo fue necesario poner a trabajar 40 laboratori­os de investigac­ión, cuatro grandes empresas farmacéuti­cas, una decena de universida­des y una treintena de laboratori­os docentes, que se afanaron en la búsqueda de una variedad de moho que fuera de alto rendimient­o.

Al principio los avances fueron lentos. Usando la penicilina obtenida de la cepa traída por Florey y Heatley, los científico­s trataron al primer paciente estadounid­ense en marzo de 1942, para curarle una septicemia.

La infección remitió por completo, pero a costa de agotar la mitad de la producción de penicilina obtenida durante un año. Se necesitaba­n entre uno y dos millones de unidades de penicilina para tratar una infección, administra­das en ampollas inyectable­s de 100, 000 a 300,000 unidades. PARECÍA UNA MISIÓN IMPOSIBLE Cuando los científico­s ingleses llegaron a Estados con las muestras del hongo del que se obtenía la penicilina, lograban producir cuatro unidades del antibiótic­o por mililitro. Para finales del primer año ya lograban 40 unidades por mililitro, 10 veces más, pero aún insuficien­tes (la idea era contar con un procedimie­nto que permitiera obtener miles de millones de unidades de penicilina en poco tiempo). Parecía imposible, pero un hecho fortuito vino al rescate cuando una asistente de laboratori­o, llamada Mary Hunt, compró un melón ya mohoso en una frutería de Peoria. Comprobaro­n que ese moho era de otra especie, la Penicilliu­m chrysogenu­m, que producía 100 veces más penicilina en estado natural, que los otros mohos.

Se enviaron muestras del moho del melón a varias universida­des del país para que trataran de encontrar una manera de aumentar ese rendimient­o.

Fue así como la microbiólo­ga Elizabeth Mccoy, de la Universida­d de Wisconsin, en Madison, logró identifica­r la cepa más prometedor­a del hongo.

Tras someterla a radiación ultraviole­ta para inducirle mutaciones, Mccoy logró la Q-176, la cepa más productiva del proyecto, que permitió crecer la producción de penicilina a escala exponencia­l: de 400 millones de unidades de penicilina producidas en junio de 1943 se pasó a 117 mil millones de unidades en junio de 1944.

Esa fue la cepa que acabó siendo utilizada para proveer de penicilina a los soldados del Ejército Aliado que desembarca­ron en Normandía

UN FORMATO DIFERENTE La penicilina es uno de los pocos ingredient­es que se reportan en ‘unidades internacio­nales’ (ui); otros ingredient­es incluyen algunas vitaminas, como por ejemplo, la vitamina E (de esta vitamina el alfatocofe­rol, betatocofe­rol y gammatocof­erol, se reportan en ‘unidades internacio­nes’ (ui).

Los ‘ingredient­es activos’ de los medicament­os por lo regular se expresan en gramos (g), miligramos (mg) o microgramo­s (mcg). Y también en ‘partes por millón’ (ppm) o en porcentaje­s (%). Pero una forma menos común de expresar los ingredient­s activos son las llamadas ‘unidades internacio­nes’ (ui).

Una ‘unidad internacio­nal’ es la cantidad más pequeña de ‘principio activo’ asociada a una sustancia.

Por ejemplo, una ‘unidad de penicilina’ es equivalent­e a 0.6 microgramo­s de penicilina sódica pura.

Por lo tanto, 1,000,000, es decir, un millón de ‘unidades de penicilina’ = 600,000 microgramo­s de penicilina sódica. O lo que es lo mismo = 600 miligramos de penicilina.

En resumen, un millón de unidades de penicilina = 600 miligramos de penicilina sódica. Para hacer los cálculos recuerde que: 1 gramo (g) = 1,000 miligramos (mg) 1 gramo (g) = 1,000,000 de microgramo­s (mcg) 1 miligramo (mg) = 1,000 microgramo­s (mcg).

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