Modelo de competencia
Cuando el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se firmó el 17 de diciembre de 1992 y cobró vigencia hasta el primero de enero de 1994, significó la creación de una de las zonas de libre comercio más grandes del mundo. Los beneficiarios directos serían supuestamente los agricultores, trabajadores, fabricantes y consumidores.
México se colocó en el comercio internacional como país emergente y tuvo un avance económico que nos ayudó a pensar en el alcance que podría tener el desarrollo de este País. Hasta se pensó que destacaría como líder de América Latina. Hay que entender; cuando Estados Unidos dice: “América” significa ellos y solo ellos.
Cuando Mr. Trump dice: “No permitamos que otros países nos roben”, “compra a estadounidenses y contrata a estadounidenses”, “fortalecer lo Hecho en Estados Unidos; que ningún otro país rompa las reglas y los acuerdos económicos”, deja en claro que el tiempo de negociación del TLCAN estará sujeto a Estados Unidos, deja muy claro que su meta no es compartir comercio, su meta es acaparar y someter.
Las políticas gubernamentales de México consistieron en: importar en lugar de producir. Empezaron por enriquecer a EU empobreciendo a los agricultores mexicanos. Nos dijeron que solo importarían los granos que faltaban para la demanda interna, pero dejaron totalmente desprotegidos a los productores agrícolas nacionales, México se abrió a la importación en forma irrestricta. ¿Para qué abrir más tierras al cultivo de alimentos sanos?, mejor compran sorgo, soya y maíz transgénicos. ¿Para qué desarrollar comunidades productivas si era más fácil importar?
Un país no puede prosperar si su “modelo de competencia” sigue consistiendo en mantener el bajo costo de mano de obra, dejar sin desarrollo al mercado interno al no haber articulado cadenas productivas y redes de comercialización para campesinos, malbaratar materias primas, regalar el petróleo.
Tampoco puede instalarse en el progreso sostenido cuando su gobierno prefiere actuar con irresponsabilidad y visión a corto plazo, en lugar de construir plataformas sólidas para desarrollar lo que se tiene, e ir por más.
¡Decídete a ser feliz hoy!