El INE y su galimatías
El pasado viernes los reflectores de Coahuila y de México se dirigieron hacia el barrio El Arenal en la Delegación Tlalpan de la Ciudad de México. “Tempranito”, en punto de las 10 de la mañana (no se fueran a desmañanar), las y los consejeros del Instituto Nacional Electoral darían inicio a la sesión extraordinaria del Consejo General, en la que se discutiría, entre otros temas, el dictamen sobre el rebase de topes de campaña en la elección coahuilense.
Con ansias de novillero, los personajes de marras comenzaron el galimatías. Mostrando un orden del día que parecía eterno, las horas se fueron consumiendo entre criterios sacados de la manga y argumentos inexplicables.
Fue el consejero Ciro Murayama, quien con cierto resplandor azul en su rostro, cual si se tratase del protagonista de Avatar, le puso el cascabel al gato al colocar en la mesa de discusión cualquier tema en el que pudiera perjudicarse al PRI y sus aliados. Emulando a Rodrigo “El Pony” Ruiz, emblemático volante del Santos Laguna, Murayama mandaba certeros centros al área para que, con el apoyo del resto de los consejeros “a modo”, se lograra conectar el gol de fantasía. Del primer capítulo de la sesión (porque hubo un segundo) pueden desprenderse algunas interesantes conclusiones. Las y los consejeros estimaron que la tarjeta de cartón, denominada “Monedero Rosa”, que la Coalición Por un Coahuila Seguro entregó a los electores coahuilenses con el fin de promocionar su oferta política, era una dádiva, y por lo tanto, había lugar a sancionar con una multa. Se les olvido que hace seis años el mismo Guillermo “Puro Chile” Anaya repartió en su campaña tarjetas con las mismas características, y que incluso en esta elección, en el Estado de México se ofreció al electorado un beneficio similar. Pero solo a la coalición representada por Miguel Ángel Riquelme le tocó coscorrón al revisar este asunto; ¿así o más dirigido? Por su parte, la Coalición Alianza Ciudadana por Coahuila, encabezada por el PAN tampoco tuvo su mejor tarde. Resulta que los azules comarcanos habían presentado ante el INE una queja contra Riquelme por el supuesto rebase en los topes de gasto de campaña; sin embargo esta queja fue rechazada por el Consejo General al estimarla infundada. Palabras más palabras menos, el organismo electoral dijo que el PAN de Coahuila gustaba de presentar documentos con muchas hojas y poco sustento. Seguramente la misma suerte correrá la pomposamente llamada “impugnación más sustentada de la historia”.
Aquí en confianza, la fiscalización que el INE llevó a cabo a través de la correspondiente unidad técnica, además de ser confusa, fue deficiente. Eso provocó que el izquierdoso Lorenzo Córdova Vianello, todavía presidente del organismo, decretara un receso para que el Consejo tuviera oportunidad de revisar el ultimo engrose (ya no sé ni cuantos hubo) del dictamen de gastos que debían votar. De esa forma se llegó al segundo capítulo de la historia. Después de disfrutar del fin de semana “como Dios manda”, los consejeros se reunieron de nuevo el lunes para abordar los temas pendientes. Tocó entonces el turno a la revisión del caso Coahuila. Varias horas duró la discusión en la que también intervinieron los representantes de los partidos políticos. Los argumentos viajaban en uno y otro sentido a vertiginosa velocidad. Era prácticamente imposible seguir el hilo del diálogo que en el lugar se había entablado y de cuyos resultados, las y los coahuilenses estábamos pendientes.
Justo antes de la votación sobre las propuestas destinadas a impactar en los informes de gastos de las coaliciones coahuilenses, de la chistera de Murayama salió “un nuevo conejo” (David Copperfield se quedó corto ante tal acto de magia). Un tema que ni siquiera formaba parte de la discusión emergió sorpresivamente. Resulta que en su informe de gastos, Riquelme presentó, como debía, la comprobación del pago de la empresa contratada para el manejo de las redes sociales, no así la acreditación del pago que tal empresa hizo a Facebook, misma que nunca le fue requerida, ¡hágame Usted el favor! Y aunque hubo una notable disminución en las cantidades observadas, el INE determinó que tanto el PRI como el PAN rebasaron el tope de gastos de campaña, y por lo tanto, tendrán que acudir ante el TRIFE para impugnar el mencionado dictamen.
Respecto a los gastos por el supuesto pago a representantes, ambos partidos tendrán que esperar las resultas de un procedimiento oficioso que podría prolongarse hasta el mes de agosto. Diría el buen Franco Escamilla: “Parece chiste, pero es anécdota”. Al tiempo. www. vanguardia. com.mx/ diario/opinion
ALFONSO PÉREZ DAZA
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¡Hasta mañana!...