Saltillo, su historia detrás de las fotografías editoriales
Con su libro “Los estatutos de la mirada”, su autor, Alejandro Pérez Cervantes, presentará a los saltillenses un hallazgo que rescata la historia de nuestra ciudad durante los 50, 60 y 70: El trabajo del estudio fotográfico Mora y García.
El descubrimiento fue realizado en los archivos digitales de El Heraldo de Saltillo. Los negativos encontrados son parte del archivo del estudio fotográfico “Mora y García”, que a mediados del siglo pasado se encargó de retratar mucha de la vida social, política y cultural de Saltillo.
La preservación de estos documentos se debe al fotoperiodista Gabriel Berumen, quien trabajó en el ámbito periodístico durante más de 60 años, guardando las piezas que en su carrera y la vida del estudio se produjeron y que, actualmente, a sus 80 años, fue parte fundamental de la investigación que el maestro Alejandro Pérez Cervantes realizó alrededor de estas imágenes.
“Mora y García” fue fundado a principios de la década de 1940 por José Mora Luna y Rubén García Soto; estaba ubicado originalmente en Aldama entre Acuña y Xicoténcatl, y de acuerdo con el testimonio que Berumen hace en “Los estatutos de la mirada”, su primer encargo fue fotografiar para sus fichas a los detenidos en la antigua Comandancia Municipal de Saltillo.
Uno de los principales objetivos que Pérez Cervantes persiguió en esta publicación fue la de presentar el enfoque artístico en estas fotografías documentales. “No me interesaba hacer una especie de catálogo, me interesaba dialogar con las fotografías, escribir sobre ellas”, explicó el maestro, “me interesaba analizarlas desde la filosofía, la semiótica, los estudios de la imagen”.
De los cientos de fotografías encontradas se dio a la tarea de curar una pequeña selección que figura en el libro. Además de las siete imágenes que acompañan los textos que introducen a la historia de Berumen y del estudio, la segunda parte presenta los 22 análisis con sus respectivas fotografías.
En el libro, se pueden observar los contrastes que el tiempo va creando. Paisajes distintos a los actuales con monumentos que se mantienen inmutables, personalidades poco recordadas, eventos tanto comunes en aquella época como inusuales ayer y hoy, además de espacios y locales ahora inexistentes y las actividades de una ciudad que ya no es.
Estos análisis se ocupan también de demostrar lo artístico en estas fotos. El uso de la luz, la composición y distribución de elementos y hasta conjeturas sobre el tiempo utilizado en armar la escena son explorados por el escritor e investigador, cuyo interés en la fotografía documental no termina con este esfuerzo. Su tesis doctoral y además de futuros proyectos también tienen como característica esta disciplina, aunque con variantes temáticas en cada caso.
Se dice que la fotografía documental no posee los valores para ser considerada artística, pero en el estudio de estos autores y de otros más, he encontrado que hay una búsqueda estética, aún cuando sean fotografías de prensa”.
Alejandro Pérez Cervantes, curador.