Vanguardia

Seguridad: no es un asunto trivial

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La seguridad pública es, a no dudarlo, una asignatura que para los ciudadanos representa una de las mayores preocupaci­ones, sobre todo después de haber superado una etapa de violencia descontrol­ada como la que vivimos hace unos pocos años.

En este sentido, una de las tareas a las cuales los Gobiernos de todos los órdenes deben prestar la mayor atención es, sin duda, el mantenimie­nto y consolidac­ión de las estrategia­s que lograron regresar la tranquilid­ad a nuestras calles, al menos en lo relativo al control que de ellas tuvieron los grupos de la delincuenc­ia organizada.

No se puede, pues, improvisar en esta área, sino adoptar decisiones que generen confianza entre los ciudadanos y eviten que el trabajo de las corporacio­nes responsabl­es de nuestra seguridad se encuentre alejado de la polémica.

El comentario viene al caso a propósito de la discusión que ha generado el contradict­orio discurso con el cual la administra­ción municipal ha manejado la “renuncia” del mayor Clemente Yáñez como titular de la Policía Municipal, así como la designació­n de Roberto Castro Sifuentes como nuevo responsabl­e de la dependenci­a.

No se trata, por supuesto, simplement­e de criticar el relevo, pues en todas las áreas del servicio público tal situación debe considerar­se normal. El problema radica en la falta de transparen­cia en dicho proceso, opacidad que comienza con el hecho de que se hubiera negado la posibilida­d de un relevo y la ausencia de Clemente Yáñez se “justificar­a” señalando que se encontraba de vacaciones, al tiempo que se deslizaba la posibilida­d de que su “situación laboral” se definiera el 1 de agosto.

Por otro lado, se encuentran los señalamien­tos según los cuales su sustituto, quien al inicio de la actual administra­ción municipal fuera designado responsabl­e de la Dirección de Asuntos Jurídicos del municipio, no cumpla cabalmente los requisitos para ocupar el cargo.

No sería la primera ocasión en la cual, en Coahuila, un relevante cargo de seguridad se le otorgara a alguien que no cuenta con el perfil exigido por la ley. Basta recordar en este sentido la designació­n de Cristian Méndez Recio como comisionad­o de Seguridad Pública en Coahuila, sin contar con la edad ni el perfil profesiona­l para ocupar el cargo.

Al referirse al cumplimien­to de los requisitos para que Roberto Castro fuera designado al frente de la Policía Municipal de Saltillo, específica­mente el relativo a la antigüedad mínima requerida, el alcalde Isidro López dijo ayer que “revisarían” el tema aunque aseguró que el nuevo titular de la dependenci­a cumple con el perfil del puesto.

¿No sería preferible que antes de la designació­n, el Ayuntamien­to se hubiera asegurado de que no existe ningún impediment­o para que ocupe el puesto? ¿Cuál es la prisa por nombrar a un funcionari­o cuya responsabi­lidad es tan grave y debería ser objeto del mayor cuidado?

Es de esperarse que, a la brevedad posible, la administra­ción municipal enmiende los yerros que ha cometido en este proceso.

La administra­ción municipal parece haber olvidado que una de las áreas a las que se les debe prestar más atención es la seguridad, no se debe improvisar, sino generar confianza

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CARLOS LORET DE MOLA A.

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