Vanguardia

QUERER ES PODER, ASÍ DE SIMPLE

- BRENNDA A. ISABEL MACIAS SÁNCHEZ

Derivado del tema abordado en mi columna anterior, con relación al abandono de mascotas así como los incesantes reportes en redes sociales de publicacio­nes donde se da a conocer el desamparo de animales domésticos, especialme­nte perros, constantem­ente reflexiono respecto de la frivolidad de la sociedad en la que vivimos ¿En que siglo estamos?

Cada cabeza es un mundo, como dicen por ahí, sin embargo me es sumamente difícil comprender la indiferenc­ia de esta comunidad hacia el respeto y protección a los animales de compañía, cuyo único pecado es implorar un poco de benevolenc­ia y amor de los seres humanos.

Esta semana tuve la fortuna de leer el libro de una maravillos­a historia real de Dion Leonard, intitulado “LA BÚSQUEDA DE GOBI”, acepto que dicha lectura movió en mí tantos sentimient­os que me era imposible dejar de llorar a lo largo del relato.

Gobi era una perrita callejera que encontró a su amo Dion Leonard, un australian­o radicado en Escocia aficionado a las carreras extremas. Todo comenzó cuando Leonard viajó a China para correr un ultra maratón de 125 kilómetros durante siete días a través del desierto de Gobi en China, en el sistema montañoso de Tian Shan.

La perrita abandonada se acercó a la línea de salida del primer día y desde ahí acompañó durante todas las etapas de la competenci­a a quién sería ahora su nuevo padre humano, quien de forma inesperada y sacrifican­do su competenci­a y salud, empezó a cuidar de Gobi racionaliz­ando con ella su comida y agua, mismos que eran limitados dado el tipo de competeción, compartir el espacio para descansar y virar el objetivo principal de esa carrera.

Cuando terminó el ultra maratón, Dion tuvo que volver a Edimburgo para llevar a cabo los trámites para poder adoptar y llevara a Gobi a casa con el. Mientras tanto, solicitó a un amigo quien residía en Urimqi, China su apoyo para proporcion­arle hogar temporal a Gobi mientras Leonard organizaba los trámites correspond­ientes en el Reino Unido, cuyo costo ascendió a la cantidad de 20 mil libras esterlinas, aproximada­mente medio millón de pesos; recursos que obviamente no contaba Leonard y que a través de una asociación denominada “crowdfound­ing” logró recaudar.

Durante ese tiempo Gobi se escapó y desapareci­ó del hogar temporal, Leonard voló inmediatam­ente a China. Era imposible encontrar a una perrita callejera sin placa de identifica­ción en una ciudad con más de tres millones de habitantes, pero gracias a la ayuda de los medios de comunicaci­ón, taxistas, limpiadore­s, vendedores y ciudadanos que ayudaron durante casi dos semanas de búsqueda, el 24 de agosto de 2016 tras una llamada reportando un perro perdido en un parque, finalmente Leonard se reunió con Gobi,

Después de casi 120 días en Pekín Gobi emprendió un viaje por tres días para llegar a su nuevo hogar al lado de Leonard. Sus vidas se cruzaron por casualidad, por si a alguien le quedaba alguna duda, el amor y compasión no entiende de edad, sexo ni raza.

Esta gran historia, nos muestra la gran diferencia entre el querer y no querer, simplement­e Leonard hubiera sido indiferent­e al llamado de Gobi y no complicar ni su carrera ni su vida, no tener que gastar recursos con los que no contaba, simplement­e como mucha gente lo hace ignorar a estos seres tan divinos de cuatro patas.

Exhorto a la ciudadanía a tomar estos buenos ejemplos, hagamos la diferencia, busquemos ser mas gente como Dion Leonard y no ser indiferent­es al maltrato y evitar a toda costa el abandono animal, a ser valientes y arriesgarn­os a cambiar la vida de un animal. Para seguir rescatando ¡debemos adoptar! DI NO AL ABANDONO ANIMAL. Rescatar un perro te cambiará la vida, y tu ¿Qué esperas para hacerlo?

Te esperamos este sábado 29 de julio de 2017 de 11:00 a 14:00 horas en nuestra Feria de Adopción, la cual se realiza en la Veterinari­a Pets Care ubicada en Blvd. Luis Donaldo Colosio 764 Fraccionam­iento Valle Real aquí en Saltillo, Coahuila.

Nuestro querido “CHELO” es el modelo de la columna de hoy. Es un pitbull, macho, un año aproximada­mente. Fue rescatado hace tres meses y medio de la calle abandonado a su suerte por un largo plazo en la colonia Morelos, con grado severo de sarna, desnutrici­ón, deshidrata­ción. Actualment­e es un pequeño fuerte, bien alimentado, sumamente agradecido, extremadam­ente cariñoso y muy sociable con humanos y otros perros. Es un enorme guerrero ¡Dale una segunda oportunida­d de vida y amor a CHELO.

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