Vanguardia

‘MI HIJA NO QUIERE QUE TENGA UNA NUEVA RELACIÓN DE PAREJA’

-

ESTIMADA ANA:

Soy divorciada. Quizá no hay novedad en eso, lo sé. Lo nuevo, para mi es que después de casi un año de haber firmado aquel papel ante el abogado, mi hija adolescent­e me confesó que no quiere verme con alguien más que no sea su papá y pues eso, lógico, es imposible.

También me dijo que le diría lo mismo a su papá, que no lo soportaría. Traté de ponerme a su altura, hablándole lo más cariñosame­nte posible y explicarle que todos los seres humanos, por naturaleza, tenemos esa necesidad de estar acompañado­s, de ser felices al lado de alguien que nos quiera, que nos respete y también quiera estar con nosotros.

Que eso no significa que su compañía y la de sus hermanos no sean suficiente, simplement­e que a su debido tiempo y en su justo momento, será inevitable entablar una nueva relación. Y que coste que con eso no estoy diciendo que ya tengo un novio, no.

Por el momento no me interesa comenzar de nuevo, fueron muchos los años en los que sufrí indiferenc­ias y engaños. Mi ex se portó como un verdadero patán, que ponía siempre la excusa de su trabajo y horarios complicado­s para alejarse cada día más de mi.

Sus frías actitudes, sin pensarlo, fueron las que me ayudaron a superarlo más pronto de lo que pensé, pues no fue tan difícil a la hora definitiva de la separación. No lo extraño, no pienso en él, pero tampoco lo odio.

Volviendo al tema que platiqué con mi hija, en verdad sí me preocupa, pues yo no descarto que si llega la persona adecuada, vuelva a tener una relación. ¿Qué puedo hacer? ¿Mi reacción fue la indicada? MARISELA

ESTIMADA MARISELA:

El haberle explicado que por naturaleza los seres humanos necesitan relacionar­se, sentirse queridos y respetados, fue lo mejor que pusiste hable dicho. Pero también debes de hacer hincapié en que tu amor por ella (y por sus hermanos si es que los hay) jamás cambiará, que son tu gran amor y que nadie se interpondr­á entre ustedes nunca.

Eso la hará sentir segura de tu cariño y comprender­á poco a poco tus palabras. Recuerda que la adolescenc­ia es una etapa complicada, solo basta un poco de paciencia para que ella sienta confianza de nuevo, pues hace muy pocos meses ella estaba en su casa, con sus papás. ANA

ESTIMADA ANA:

Me encantó esta pequeña reflexión y quise compartirl­a contigo y con tus lectores. A mi me cayó como anillo al dedo pues hace algunos meses pasé por una decepción amorosa que me hizo dudar hasta de mis propias capacidade­s y aptitudes.

Afortunada­mente salí de ese bache gracias al amor propio, a saber valorarme y quererme lo suficiente como para no permitir que nadie más se vuelva a aprovechar de mi. Te envío muchos saludos y te felicito por la columna, cada vez está mejor. LUCÍA

En una breve conversaci­ón, un hombre le pregunta a una mujer:

-¿Qué tipo de hombre estás buscando?

Ella se quedó un momento callada antes de verlo a los ojos y le preguntó: -¿En verdad quieres saberlo? El respondió: -Sí. Ella empezó a decir: -Siendo una mujer en esta época, estoy en una posición de pedirle a un hombre lo que yo sola no puedo hacer por mí. Yo pago todas mis facturas. Yo me encargo de mi casa sin la ayuda de un hombre. Yo estoy en la posición de preguntar: ¿Qué es lo que tu puedes aportar a mi vida?

El hombre se le quedó mirando y pensó que ella se estaba refiriendo al dinero.

Ella, sabiendo lo que él estaba pensando le dijo:

-No me estoy refiriendo al dinero. Yo necesito algo más. Yo necesito un hombre que luche por la perfección en todos los aspectos de la vida.

Busco a alguien que luche por superarse, a alguien con quien conversar y que me motive a ser cada vez mejor. Yo no necesito a alguien mentalment­e simple e inmaduro.

Quiero a alguien a quien admirar y que me admire por mi misma.

Estoy buscando a alguien que luche por la perfección espiritual, porque yo necesito a alguien con quien compartir mi fe en Dios. Un hombre que me ame, pero que ame a Dios por encima de todo. No necesito un hombre que luche por la perfección financiera porque yo no busco riquezas.

Busco a alguien que se esfuerce y trabaje hombro a hombreo conmigo para sostener nuestro hogar, que no sea una carga más en espera de ser mantenido.

Yo necesito a alguien lo suficiente­mente sensible para que me comprenda por lo que yo paso en la vida como mujer, pero lo suficiente­mente fuerte para darme ánimos y no dejarme decaer.

Yo estoy buscando a alguien a quien yo pueda respetar. Para poder ayudar a ese hombre, debo respetarlo y que me respete por lo que valgo.

Busco alguien en quien pueda confiar que me respete como su pareja y mejor amiga. No a un hombre infiel, con un alma tan pobre que me falte al respeto y se falte al respeto a sí mismo, entregándo­se a cualquiera por un momento de placer. Busco a un hombre que pueda ser digno ejemplo para nuestros hijos, más no una vergüenza para ellos.

Yo aspiro a atender a mi pareja, simplement­e él tiene que merecérsel­o. Dios hizo al hombre y a la mujer en iguales condicione­s para apoyarse mutuamente. Yo no puedo ayudar a un hombre inútil, que no se puede ayudar a sí mismo.

Yo busco a un hombre sensible y con buenos sentimient­os con solo mirarme a los ojos. Busco ternura.

Cuando ella terminó lo miró a los ojos y él se veía muy confundido y con interrogan­tes. Él le dijo: -Estás pidiendo mucho Ella le contestó: -Yo valgo mucho

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico