ELLAS NO VEN LA IGUALDAD >OMNIA
La mayoría de los países de la ONU ha reiterado su firme compromiso de lograr la ‘igualdad de derechos’ entre hombres y mujeres. Pero ellas ven un proceso demasiado lento. ‘Ya basta’, dijeron. ‘Así no nos sirve’.
Mire las personas que hay a su alrededor. Deténgase en las mujeres. Al menos una de cada tres de las que vea, no importa en qué parte del mundo esté, tiene una historia de violencia que contar, ya sea porque haya sido golpeada por su pareja o atacada sexualmente en algún momento de su vida.
Casi todas las mujeres que encuentren sus ojos, dedican más tiempo a trabajos no remunerados, como el cuidado de algún familiar, y a las tareas de la casa, en comparación con el tiempo que dedican los hombres a esas mismas actividades.
Y menos de un tercio de esas mujeres ocupa puestos directivos superiores o intermedios en las empresas o en las oficinas gubenamentales, si es que trabajan.
Si quien lee estas líneas es mujer, quizá se vea reflejada en alguna parte de esta realidad o en las estadísticas que derivan de este fenómeno.
Este ejercicio no tiene nada de ficción, es real y está basado en datos del último informe (2017) de seguimiento a los ‘Objetivos del Desarrollo Sostenible’ de la ONU, la agenda que deberá guiar las acciones hacia un mundo más justo e igualitario a más tardar para el 2030.
UN AVANCE MUY LENTO
En el mundo, la población femenina es sistemáticamente discriminada, y sus derechos son violentados de distintas formas y en diferentes grados. De hecho, ningún país puede decir que dentro de sus fronteras eso no sucede, por más esfuerzos que digan haber realizado en este sentido.
Sin embargo, ese es precisamente el contenido del ‘Artículo número 5’ de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS 5), propuesto por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para ser cumplido antes del 2030.
“Los avances hacia la igualdad de género así como la eliminación de cualquier forma de violencia o práctica nociva contra las niñas y mujeres del planeta, como manda el Objetivo número cinco, han sido en realidad muy lentos”, señaló Francesca Perucci, de la División de Estadística de la ONU.
Según encuestas realizadas entre 2005 y 2016 en 87 países, el 20% de las mujeres de entre 15 y 49 años declararon haber experimentado violencia física o sexual de parte de su pareja en los 12 meses anteriores a la entrevista que proveyó los datos. “Una de cada cinco mujeres”, subrayó Perucci.
Y el mundo también reprueba en ‘paridad de género’ en los órganos de representación política global: en 2016, las mujeres ocupaban solamente 23% de las representaciones parlamentarias.
Si, como aseguraron todos y cada uno de los Estados participantes en la reunión de seguimiento al ODS 5, los mandatarios están concienciados y comprometidos contra toda discriminación y violencia de género, entonces ¿qué es lo que está fallando? ¿Por qué no hay avances?
CAMINOS DIFERENTES
“No podemos seguir haciendo lo de siempre. No sirve”, dijo Salma Nims, Secretaria General de la Comisión de la Mujer de Jordania. “En mi país”, prosiguió, “se han redactado leyes para el empoderamiento de las mujeres y para la no violación de sus derechos, pero nada ha cambiado”.
El motivo, en su opinión, es que se han buscado soluciones técnicas sin tener en cuenta que las relaciones sociales, las responsabilidades en el hogar y las tradiciones, van por otros caminos completamente diferentes.
Un ejemplo: “No podemos lograr la participación de la mujer en el trabajo formal, mientras ellas sigan sobrecargadas de las tareas que tienen que realizar en la casa y no se produzcan cambios en las responsabilidades que hombres y mujeres deben afrontar en el hogar”.
“¿Vamos a seguir esperando? No tenemos tiempo”, señaló Salma Nims.
NO MÁS EXCUSAS Roberto Bissio, director del Instituto del Tercer Mundo, con sede en Uruguay, señaló que el ejercicio de los Derechos Humanos puede fortalecer y mejorar la situación de las mujeres. “Y no hace falta que los países sean ricos para hacerlo”, dijo el experto. “Ser un país pobre o subdesarrollado no es excusa para no hacer realidad los derechos de las mujeres”, zanjó.
“Es hora de que pasemos de los ‘llamamientos urgentes’ a las ‘acciones urgentes’”, solicitó en su declaración Sylvia Hordoch, experta de la ONU. “Muchos en esta reunión se han referido a la carencia de datos, pero ni la carencia de datos ni el lento cambio de actitudes, deben ser barreras en el camino hacia la equidad de género”, dijo la funcionaria.
Finalmente Lisa, una chica de 18 años, de Holanda, en representación de los adolescentes presentes en la sala de la reunión de la ONU, lanzó un llamamiento a quienes, por cualquier excusa, no han puesto manos a la obra: “Los gobiernos deberían considerar la violencia de género como una epidemia y actuar en consecuencia. En 2030 queremos ver la igualdad de género en todo el mundo, no sólo en los países desarrollados”, dijo Lisa bajo una lluvia de aplausos.
El mundo está experimentando un resurgimiento del autoritarismo, de un estilo de gobernanza patriarcal, que propaga la idea de que los países necesitan liderazgos masculinos fuertes y agresivos”. Nalini Singh, Directora del Movimiento por los Derechos de las Mujeres de Fiji.