Ni investigación ni desarrollo
Mentira y simulación ha resultado la Investigación y el desarrollo en nuestro País, cuando dejan sin presupuesto a los científicos, volviendo imposible toda posibilidad de instrumentar lo indispensable para el desarrollo sustentable.
“Tenemos la tecnología para revivir los desiertos del mundo” dice desde Israel el profesor Pedro Berliner. Es un hecho la increíble capacidad del estado hebreo para transformar las tierras desérticas en parcelas productivas. Los agricultores israelíes han sido pioneros en la biotecnología agrícola, hidroponia, irrigación por goteo, la solarización del suelo y la optimización del agua, que es el insumo indispensable.
En cambio, los países petroleros fanáticos del oro negro que no han invertido en el campo, sufren una deforestación acelerada, esa dramática destrucción de la cubierta vegetal erosiona los suelos, sequía, salinización de las tierras, escasez de alimentos para consumo interno y exportación.
Israel inició de manera básica e inteligente: cooperación entre agricultores e investigadores. Los resultados de la investigación son aplicados rápidamente al terreno para su experimentación, y los problemas son presentados inmediatamente a los científicos para su solución. De esa manera encuentran la fórmula para cada cultivo. Año con año desarrollan más y más cultivos.
Observaron que las lluvias son comunes en el desierto pero el suelo erosionado no puede retenerla. Así que combaten la desertificación desviando el agua creando zonas que puedan captarla en pequeños lagos y al humedecerse esas pequeñas porciones, plantan árboles.
Coahuila es el tercer estado en el País con mayor extensión territorial, 151 mil 571 kilómetros cuadrados, el 95 por ciento tiene clima árido y semiárido y no produce gran volumen de productos agrícolas. Coahuila no ha aprovechado a sus investigadores. La deforestación sigue en manos de quien quiera esa tierra para propósitos gaseros o cualquier otro interés de propietarios transnacionales, ¿qué sigue?
¡Decídete a ser feliz hoy!