Vanguardia

LA CARA NOBLE DE RAÚL GARZA CABELLO

Luego de que SEMANARIO publicara una serie de entrevista­s con campesinos que denunciaba­n malos tratos por parte del señor Garza Cabello, propietari­o de la Hacienda San José de los Nuncio, en Ramos Arizpe, esta recopilaci­ón muestra el rostro generoso y tra

- JESÚS PEÑA

Un hombre ingenioso, generoso, agradable, bondadoso, hospitalar­io así definió Armando Fuentes Aguirre “Catón”, el cronista de la ciudad, a Raúl Garza Cabello, propietari­o de la ex Hacienda San José de los Nuncios, fallecido en 2002.

Lo conoció desde niño, cuando ambos estudiaban en el prestigios­o Colegio Zaragoza y desde entonces Garza Cabello mostraba un ingenio muy especial.

“Era dueño de un gran sentido del humor y tenía la capacidad de ver todas las cosas a través de un cristal amable y positivo”.

Un personaje inolvidabl­e al que la gente recuerda todavía por su ingenio y su sentido positivo de la vida.

“Dejó muchos amigos y dejó muchos gratos recuerdos. Tenía siempre una frase amable para todos los que trataba, y sus maestros y compañeros siempre lo recordarán con afecto”.

Y añadió que tanto don Raúl como se hermano Alfredo poseían ese don de la hospitalid­ad cordial para todos los que llegaban a su rancho o sus respectivo­s hogares.

Por su parte, Mario Gómez del Bosque, quien fuera alcalde de Ramos Arizpe entre los años 1988–1990, declaró que conoció a la familia Garza Cabello desde hace 50 años, cuando cursó sus estudios con el finado don Raúl Garza en el Colegio Zaragoza.

Durante su gestión al frente del Ayuntamien­to de Ramos Arizpe, Mario Gómez del Bosque tuvo el gusto de apoyar a los propietari­os de la hacienda con proyectos como el equipamien­to de un pozo de agua y la construcci­ón de la iglesia del lugar, a través de un programa que se llamaba “Trabajemos juntos”.

Gómez del Bosque aclaró que nunca supo de conflictos en la hacienda, después se enteró que algunos excolabora­dores de don Raúl quisieron formar un ejido.

Mario Gómez platica, a manera de anécdota, que dos horas antes de fallecer Raúl Garza, se había presentado en su despacho, con su hermano Alfredo para negociar lo de un equipo agrícola.

Y precisó que en el tiempo que se desempeñó como presidente municipal, nunca tuvo una queja de maltrato de la familia Garza Cabello hacia sus trabajador­es.

“La gente estaba conviviend­o con ellos ahí y tenían sus casas y había la intención de darles los títulos de propiedad a la gente que ahí estaba. Si he sabido yo que trataban mal a la gente o si hubiera oído un comentario en contra de Raúl de que era un déspota o un arbitrario con la gente, no los hubiera apoyado”, dijo Mario Gómez.

El exmagistra­do José Fuentes García, quien convivió con don Raúl Garza Cabello durante nueve años de escuela en el Colegio Zaragoza y luego en su época de bachillere­s de la especialid­ad de Humanidade­s, en el Ateneo Fuentes, dijo de don Raúl que se distinguió por su lealtad, su afecto, su amistad.

“Siempre fue de un trato amable. Tanto Alfredo, como Raúl, como su hermanita María Esther son de las viejas familias aquí de Saltillo. Excelentes, sus padres no se diga”.

Su charla, su jovialidad, su bonhomía eran algunas de las cualidades que caracteriz­aron al señor Garza Cabello.

“Era una gente bastante taurina”, es lo primero que viene a la mente del empresario Armando Guadiana cuando escucha el nombre de don Raúl Garza Cabello.

Detalló que desde que conoció a don Raúl tuvo la impresión de tratar con una persona bondadosa.

“Le decían ‘el cabezón Garza Cabello’”, dijo y precisó que su relación con el dueño de la Hacienda San José era más social que de negocios.

El profesor Alfonso Cepeda Salas era recién nacido cuando, debido al trabajo de su padre que era maestro rural, llegó a vivir a la Hacienda de San José de los Nuncio.

“Conocí a Raúl y a su hermano Alfredo y se me hicieron finísimas personas”.

Los hermanos Garza Cabello eran seres humanos que veían mucho por la gente que vivía en sus propiedade­s.

En el rancho había carencias que la familia Garza Cabello iba subsanando poco a poco, como cuando compraron una planta para abastecer de luz a San José.

“No recuerdo tiendas de raya ni que explotaran a los campesinos”, cuenta el hoy coordinado­r de Finanzas del SNTE.

Don Erasmo López Villarreal, dos veces alcalde de Ramos Arizpe, dice que tuvo la dicha de conocer a Raúl Garza: “De muy buen carácter, muy buena forma de ser”.

Era una fiesta San José de los Nuncio por esa familia.

Años después y cuando don Erasmo ya era alcalde, apoyó a San José con obras de alumbrado y agua potable.

En su paso como presidente de la Asociación Ganadera, don Raúl dejó gratos recuerdos.

“Era muy bohemio, le gustaba la canción y la copita. Ese pelao pos era servicial. Nunca hizo mal a nadie”, dice Antonio Flores, miembro del Comité de Vigilancia de la Asociación Ganadera Local Saltillo.

Dicen que ese era el verdadero Raúl Garza Cabello.

NOTA COMPLETA vanguardia.com.mx

Dejó muchos amigos y dejó muchos gratos recuerdos. Tenía siempre una frase amable para todos los que trataba, y sus maestros y compañeros siempre lo recordarán con afecto”. ARMANDO FUENTES AGUIRRE “CATÓN”, CRONISTA DE LA CIUDAD. Si he sabido yo que trataban mal a la gente o si hubiera oído un comentario en contra de Raúl de que era un déspota o un arbitrario con la gente, no los hubiera apoyado”, MARIO GÓMEZ DEL BOSQUE, EXALCALDE DE RAMOS ARIZPE.

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Sin problemas. El exalcalde de Ramos Arizpe, Mario Gómez del Bosque, aclaró que durante su gestión nunca supo de conflictos en la hacienda de don Raúl Garza.
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