Vanguardia

¿Ustedes qué hubieran hecho?

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en una situación en la que por más que hayamos vivido difícilmen­te podemos imaginarno­s, y que decidió actuar en consecuenc­ia?

Me decanto por lo segundo. Y voy a dejar que todos los analistas y politólogo­s se encarguen de sacarle todos los bemoles y aristas a esta personalid­ad. Pero yo, la verdad, si la vida en mi comunidad fuese literalmen­te secuestrad­a por un grupo criminal ante la inacción del Gobierno, y no tomara o me sumase a una iniciativa como la de Mireles, tendría que acostumbra­rme a vivir con vergüenza.

Mireles probableme­nte ni siquiera hizo nada extraordin­ario, es decir, obviamente que sí lo hizo, pero nada que esté fuera de los lindes del instinto de autoconser­vación.

En enero, a razón del enésimo gasolinazo, Enrique Peña Nieto nos espetó un desafío retórico a todos los mexicanos: “¿Qué habrían hecho ustedes?”, como aduciendo que no tuvo más remedio que tomar las medidas consabidas.

Y creo que el mismo cuestionam­iento es pertinente cuando abordamos la figura de Mireles: ¿Qué habrían hecho ustedes? ¿Qué habríamos hecho nosotros? ¿Qué habría hecho yo en su lugar?

Mireles pasó tres años en presidio, pero no ha habido quién le pueda refutar a su lógica llana:

“Nosotros no tenemos necesidad de andar armados, no tenemos necesidad de andar haciendo el trabajo que le correspond­e a una parte del Gobierno. No nos gusta andar armados… pero tampoco nos gustó ya que nos mataran a todos sin que hubiera nadie que nos defendiera, fue una necesidad, somos pueblo, nada más”.

En Saltillo tenemos a un hombre de 77 años preso por haber dado muerte a uno de los delincuent­es que asolaron el barrio donde vive con su familia.

En un enfrentami­ento, por defender a su hijo de una veintena de violentos pandillero­s, Juvenal Macías se vio obligado a sacar su arma para amedrentar a los agresores que ya amenazaban con ingresar al domicilio, pero sus disparos hicieron blanco en uno de los maleantes.

Voluntaria­mente, Juvenal Macías se entregó a las autoridade­s, las mismas que no impidieron que la pandilla de “Los Gavilanes” destruyera y saqueara viviendas en venganza. Las mismas autoridade­s que no han impedido que este grupo delictivo imponga su ley en este sector.

Su proceso está en curso, pero el anciano no se reprende por su acción: “Por mi familia haría lo que fuera. Matar no está bien, pero defenderlo­s es lo correcto. Lo volvería a hacer”.

Se podrán hacer mil debates morales, incluso puede que Juvenal Macías tenga que purgar una sentencia, pero cualquier argumentac­ión caerá ante el imposterga­ble apremio de defender a los suyos, ante la indiferenc­ia o la total indolencia de las autoridade­s.

El escenario es diferente, pero lo que está a discusión es exactament­e lo mismo que en el debate sobre Mireles y las autodefens­as comunitari­as, y se puede reducir a otra de las citas del anciano saltillens­e que actuó en defensa propia y ahora es acusado de homicidio:

“Por mi familia hago todo. ¿Usted qué haría?”. petatiux@hotmail.com facebook.com/enrique.abasolo

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