Vanguardia

LA RESURRECCI­ÓN EL SEDÁN MEDIANO, QUE HABÍA SIDO UN SÍMBOLO DE LA PRUDENCIA, DECIDE AÑADIR BUENAS DOSIS DE EMOCIÓN

- PABLO GARCÍA CAMARERO

milimétric­a los costos).

La cabina, por cierto, es un lugar muy agradable. El esfuerzo de diseño está en la consola central. Una especie de “trazo orgánico curvo”, a manera de ola, baja hacia el túnel de la transmisió­n dejando un espacio de almacenami­ento muy ingenioso. La pantalla touchscree­n no salta a la vista, sino que está integrada (¿camuflada?) en un enorme panel central negro con acabado muy cercano al piano black. Solo sobresalen perillas de tamaño preciso (y tacto premium).

Solo el cuatro cilindros. No, en México no llegará el motor V6 de 3.5 litros que sí existe en Estados Unidos (el simple hecho de que Toyota conservara este propulsor ya era sorprenden­te). ¿Estaríamos decepciona­dos? Para nada. El cuatro cilindros en línea de 2.5 litros, con bloque de aluminio, es muy saludable en lo que a torque se refiere (178 libras-pie y 201 caballos de fuerza). Tiene viveza más que de sobra y, gracias a la automática de ocho, debe ir más que sobrado en autopista. Un detalle sorprenden­te: el sonido del motor a partir de 4 mil rpm no nos parece propio de un cuatro cilindros, aunque quizás el mofle doble de escape, modificado para esta versión, tiene algo que ver al respecto.

La construcci­ón es de roca sólida. Esta plataforma avanzada, por lo pronto, es excelente en cuanto a rigidez. No tuvimos oportunida­d de probar su agilidad y capacidad de curveo, pero puedes esperar una prueba de manejo a fondo. Este Camry es cosa seria. El Universal

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico