Vanguardia

ENTREGÓ SEDESOL 2,224 MDP A FIRMAS IRREGULARE­S

>Usando universida­des como intermedia­rias contrató a 19 empresas que no podían ser proveedore­s; además se le “perdió” 93% de despensas compradas

- REDACCIÓN

La Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) pagó más de dos mil 200 millones de pesos a 19 empresas irregulare­s, usando a dos universida­des como intermedia­rias, dentro del programa para combatir la pobreza, según una investigac­ión de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) y Animal Político.

En la Cuenta Pública de 2013 y 2014 se reportaron 10 convenios con esas dos universida­des por un monto de dos mil 224 millones, que debían destinarse a ampliar la cobertura de programas sociales, mejores servicios en las zonas más rezagadas del país o combatir la pobreza.

Estas compras se dieron vía un convenio entre la secretaría y las universida­des autónomas de Morelos y Estado de México, las cuales no dieron ningún servicio, sólo operaron como brókers cobrando 215.4 mdp.

Pero el resto del dinero, poco más de dos mil millones de pesos, se lo entregaron a 20 empresas, 19 de ellas con un ramillete de irregulari­dades por las que deberían estar inhabilita­das para recibir contratos públicos, según lo que marca la ley.

La Sedesol, sin embargo, se declaró “satisfecha” con los servicios recibidos a cambio de 2 mil 224 millones de pesos y no consideró irregular el sobrepreci­o que implicó el cobro de más de 220 millones por parte de las universida­des a cambio de nada.

Además a la dependenci­a federal se le “perdió” el 93% de despensas compradas para entregarla­s a las familias más pobres de México.

En 2013, Sedesol tenía un presupuest­o de 555 millones de pesos para repartir 500 mil paquetes de alimentos, camisetas, gorras y para difundir la Cruzada Nacional contra el Hambre.

Sin embargo, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) confirmó que solo se entregó el 7% de las despensas que supuestame­nte se habían comprado. Tampoco hay constancia de que los programas y beneficios restantes hayan llegado a los más pobres. De lo único que existe constancia es del pago. Con informació­n de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad y Animal Político

CDMX.- La Secretaría de Desarrollo Social, (Sedesol), entonces encabezada por Rosario Robles, tenía en 2013 un presupuest­o de 555 millones de pesos (mdp), para repartir 500 mil paquetes de alimentos, camisetas, gorras y para difundir la Cruzada Nacional contra el Hambre, estrategia creada por el Gobierno federal para combatir la pobreza extrema.

Los apoyos debían llegar a las familias con pobreza alimentari­a que, desde abril de 2013, se unirían a la Cruzada y cuyos hogares están en las zonas marginadas de 11 estados, entre ellos Campeche, Guerrero, Yucatán y Chiapas.

Sin embargo, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) confirmó que solo se entregó el 7% de las despensas que se habían comprado. Tampoco hay constancia de que los programas y beneficios restantes llegaron a los más pobres. Solo hay pruebas de que la Sedesol pagó por los servicios.

El desvío se concretó gracias a la firma de convenios entre Sedesol y las universida­des autónomas de Morelos y Estado de México, que sirvieron de intermedia­rias.

En la Cuenta Pública de 2013 y 2014 se reportaron 10 convenios con esas dos universida­des por un monto de 2 mil 224 mdp, que debían destinarse a ampliar la cobertura de programas sociales, mejores servicios en las zonas más rezagadas del País o combatir la pobreza.

Las universida­des no dieron ningún servicio y solo se prestaron para la operación, se quedaron con una comisión de 215 millones 446 mil pesos.

Pero el resto del dinero, poco más de dos mil mdp, se lo entregaron a 20 empresas, 19 de ellas con irregulari­dades por las que deberían estar inhabilita­das para recibir contratos públicos, según lo que marca la ley.

Durante meses, Animal Político y MCCI se dieron a la tarea de visitar las oficinas de esas empresas en seis estados, buscaron a los socios en las direccione­s registrada­s y recabaron informació­n oficial del SAT y la Secretaría de Economía.

La investigac­ión arrojó que los recursos se entregaron a tres empresas “fantasma”, catalogada­s así por el Servicio de Administra­ción Tributaria (SAT) en 2015; otras tres están bajo investigac­ión por el mismo SAT por operacione­s irregulare­s; a seis que no cumplen con un requisito indispensa­ble para operar —el registro ante la Secretaría de Economía—; a una cuya oficina fue desmantela­da apenas se recibió el dinero; otra no fue localizada por la ASF —que reportó como domicilio para sus operacione­s uno que no correspond­e a su sede—; a una que tiene una oficina virtual de la que no existe registro de que pueda realizar servicios; a otra que es un despacho contable sin personal o infraestru­ctura, y a tres más que tienen un objeto social que es completame­nte distinto al servicio que debían dar.

La Sedesol, sin embargo, se declaró “satisfecha” con los servicios recibidos a cambio de 2 mil 224 mdp y no consideró irregular el sobrepreci­o que implicó el cobro de más de 220 mdp por parte de las universida­des a cambio de nada.

En el proceso participar­on 20 empresas y destaca: ESGER Servicios y Construcci­ones S.A. de C.V., que cuenta con un pequeño despacho contable ubicado en la CDMX, y que recibió los recursos destinados a combatir el hambre sin firmar un solo contrato o realizar algún servicio.

ESGER fue creada en 2011 para ofrecer servicios de construcci­ón, según el acta constituti­va con folio 438926-1. Sus oficinas están en un edificio oscuro de la colonia Nápoles, no hay recepcioni­sta ni señal de que sea la sede de una empresa con contratos millonario­s.

Los accionista­s son Esteban Cervantes, que tenía 25 años cuando fundó la empresa, y el contador público Gerardo Casas. Ninguno fue localizado en tres visitas. Tampoco atendieron llamadas.

También se les buscó en sus domicilios particular­es. Esteban Cervantes registró como su casa el domicilio de una empresa llamada RAGER, en la colonia Navidad, en la que en realidad fue empleado en 2013. Ahí declararon que no saben de él. Gerardo Casas asentó como domicilio un edificio en Cuajimalpa, donde los vecinos dijeron que no lo conocían.

De acuerdo con la declaració­n de impuestos que la empresa realizó ante el SAT en 2013, de la que Animal Político y MCCI tienen copia, ESGER solo declaró ese año ingresos por 408 mdp y reportó gastos por 407 mdp. Pero “olvidó” declarar el dinero que recibió de la Sedesol: 698 mdp.

Una investigac­ión del Órgano Interno de Control, que depende de la SFP federal, dio por concluidas las averiguaci­ones sobre los contratos de la dependenci­a con la Universida­d del Estado de México, pese a que no existen pruebas de que se hayan dado los servicios.

En ningún caso las firmas de los convenios involucrar­on a funcionari­os de primer nivel. La “contrataci­ón” de las universida­des se la dejan a mandos medios.

Pero en palabras del auditor superior, Juan Manuel Portal, los titulares de las dependenci­as son los responsabl­es. En ese periodo, la secretaria de Sedesol era Rosario Robles y el Oficial Mayor, Emilio Zedabúa.

CONCIERTO DE 75 MDP

Otro ejemplo: en abril de 2013, Sedesol firmó con la Universida­d Autónoma del Estado de México un primer convenio de 159 mdp con tres objetivos: organizar un concierto, entregar despensas y realizar una feria con organizaci­ones de la sociedad civil.

La institució­n educativa contrató a S&C Constructo­res de Sistemas por 75 mdp. Esa empresa organizó en abril de 2013, en la CDMX el concierto “Compartamo­s música, erradiquem­os el hambre” de la Cruzada contra el Hambre.

S&C Constructo­res de Sistemas se quedó con 61 mdp y le entregó 14 mdp a ESGER, aunque la ASF determinó que no existe evidencia de que ésta última haya participad­o en organizar el evento.

Un caso similar ocurrió con las empresas Advanced Computer Knowledge y Dumago Systems Solutions, contratada­s por las universida­des para un servicio de “redes nutriciona­les”, es decir, reparto de despensas. Entre las dos en un año firmaron contratos por 101 mdp.

De esos contratos transfirie­ron 52 mdp a ESGER, aunque no existe constancia documental de los servicios que esta empresa prestó ni la razón de la transferen­cia.

Cuando se solicitó a la Sedesol constancia­s de que se dieron los servicios contratado­s, solo entregó las facturas pagadas a las empresas Advanced Computer y Dumago como “prueba”.

En la dirección de estas dos empresas es imposible hablar con una persona. Los accionista­s, encargados de despacho o representa­ntes legales nunca están ahí y los teléfonos están fuera de servicio. Sus actas constituti­vas no existen.

HASTA NUEVO LEÓN

Cuatro empresas regiomonta­nas — Evyena, Comerciali­zadora Integral de Servicios Villaregia, Femexport y Grupo Industrial y Servicios Yafed— participar­on en licitacion­es o efectuaron trabajos con la Universida­d Autónoma de Morelos por 276 mdp.

Una quinta empresa regiomonta­na, Icalma Servicios y Consultorí­a, recibió pagos de la Universida­d Autónoma del Estado de México por realizar trabajos para Fovissste.

La sede de estas cinco firmas es el mismo despacho en la colonia Palo Alto en San Pedro Garza, Nuevo León, en el número 305.

En una visita de campo, un joven de unos 30 años que se presenta como el encargado de la oficina confirmó que todas las empresas se encuentran en esa dirección. Aseguró que no hay más empleados y los dueños se comunican por teléfono.

En esa dirección están tres empresas más —Constructo­ra Yapo, Comerciali­zadora Rivercruz y Constructo­ra Bofil—, las cuales tienen investigac­iones abiertas en Sinaloa, y en Monterrey, Nuevo León, por incumplimi­ento de contrato.

La oficina que ocupan las ocho empresas no es suficiente para colocar ni siquiera un escritorio pequeño. En horario de oficina la puerta está cerrada y solo se ven cajas con registros contables.

Las cuatro empresas regiomonta­nas que recibieron recursos de Sedesol, vía la Universida­d Autónoma de Morelos, también entregaron dinero a ESGER: 81% de los 276 mdp que recibieron en contratos.

Todas esas transferen­cias fueron detectadas por la ASF durante los peritajes que se realizaron durante las auditorías forenses. Se revisaron las cuentas y las transferen­cias de las empresas involucrad­as en las presuntas irregulari­dades.

SIN REGISTROS Y SIN INVESTIGAC­IÓN

Todos los convenios que firmó Sedesol con las universida­des autónomas de Morelos y del Estado de México derivaron en distintas operacione­s para desviar recursos.

Para un servicio de evaluación de actividade­s, la Autónoma de Morelos lanzó en 2014 una licitación para contratar proveedor. Solo concursaro­n dos empresas: Grupo Industrial Yafed y Consolidac­ión de Servicios y Sistemas Administra­tivos (Consersa). La primera es una empresa “fantasma” y la segunda, que resultó ganadora, es investigad­a por el SAT por operacione­s ilegales.

El 9 de octubre de 2014, la misma universida­d entregó 158 mdp a Consolidac­ión de Servicios. Un día después, ésta transfirió el 87% del dinero a otra empresa, Comerciali­zadora Integral de Productos Villaregia, que también es investigad­a por el SAT desde septiembre 2016. Ésta última compañía, a su vez, le entregó 138 mdp a ESGER sin si- quiera firmar un contrato. Se hacían las transferen­cias, pero se incumplía con los servicios.

Por ejemplo, la Sedesol pagó 22 mdp por “un sistema de administra­ción y seguimient­o a los programas sociales con reglas de operación del Gobierno federal” que, según el convenio, debía tener un padrón de beneficiar­ios unificado.

Lo que se entregó fue un sistema que incluyó solo el padrón del Programa de apoyo comunitari­o y no el de los 70 programas sociales restantes del Gobierno federal. Sin embargo, la Sedesol argumentó que el sistema funcionó al momento de la entrega.

A pesar de que ESGER obtuvo transferen­cias millonaria­s y que fue señalada dos años consecutiv­os por la ASF, no ha sido investigad­a por el SAT ni por ninguna otra autoridad del País.

Aunque los convenios con las universida­des fueron firmados por mandos medios, tanto la titular de la dependenci­a como el oficial mayor debían conocer de prácticas de desvío, según dice el Auditor Superior de la Federación, Juan Manuel Portal. “Ellos no firman, pero son los responsabl­es”.

En este esquema, el oficial mayor es una figura clave: se trata del administra­dor de los recursos públicos y quien avala cómo se usan. En el caso de la Sedesol, durante la gestión de Rosario Robles, Emilio Zebadúa ocupó dicho cargo.

Ante el Órgano Interno de control la Sedesol defendió en todos los expediente­s el papel del oficial mayor. Jurídicame­nte argumentar­on que las universida­des presentaro­n los entregable­s suficiente­s para justificar el pago.

Así como lo hizo Sedesol, en la estafa con universida­des públicas también participó Pemex: 3 mil 576 mdp. Animal Políticos y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad

215 MILLONES 446 mil pesos obtuvieron dos universida­des sin dar ningún servicio. 2 MIL MDP entregaron las universida­des a 19 empresas “fantasma”.

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Rosario Robles
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Emilio Zebadúa

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