La forma del agua, en el Festival de Venecia
La Mostra encumbra la obra de Del Toro, un extraño cuento de hadas en tiempos de Guerra Fría en el que resuenan los Estados Unidos de Trump
VENECIA, ITA. El director mexicano Guillermo del Toro se alzó anoche con el León de Oro a la mejor película en la Mostra de Venecia por "La forma del agua", magistral fábula de ciencia ficción con mensaje político encubierto, superando a Martin Mcdonagh, con su cinta "Three Billboards Outside Ebbing, Missouri".
El premio, concedido por un jurado presidido por la actriz Annette Bening, resultó coherente: había sido una de las películas más aclamadas de este festival.
“Tengo 52 años, peso 130 kilos y he rodado 10 películas. Pero hay un momento en la vida de todo narrador en que lo pones todo en riesgo para hacer algo diferente”, expresó Del Toro al recoger el premio.
"La forma del agua", que se estrenará en España en enero de 2018, está ambientada en un laboratorio secreto en los 70, cuando el ejército estadounidense mantiene cautivo a un monstruo capturado en el Amazonas, una mezcla de hombre y anfibio con quien la protagonista, una mujer de la limpieza muda y solitaria, vivirá una relación pasional.
Pese a su larga trayectoria y su incontestable prestigio, este es el primer premio de envergadura en un festival para el cineasta mexicano que solo tenía en su haber un galardón menor en Cannes por su debut, Cronos.
"El laberinto del fauno" obtuvo tres Oscar y el Goya al mejor guion, para el propio Del Toro. El creador es también el primer mexicano que se alza con el León de Oro.
“Se lo dedico a cualquier director mexicano o latinoamericano que sueñe con rodar algo en el género fantástico como parábola y esté enfrentado a alguien que le dice que eso no se puede hacer. Sí se puede. Si te mantienes puro y sigues creyendo en lo que sea que crees –en mi caso, los monstruos–, todo irá bien”, afirmó ayer el director.
La vencedora del León de Oro describe la alianza entre distintos personajes situados en los márgenes de la estricta cultura oficial durante la posguerra estadounidense: una mujer discapacitada, su compañera de trabajo afroamericana, un vecino homosexual y un espía ruso con agenda oculta, que maniobraran para salvar a ese monstruo.
En la película se percibe también un paralelismo indisimulado entre los tiempos de la Guerra Fría y la actualidad en la América de Trump, que Del Toro no negó.
“El cine fantástico es un género político. En este momento, nuestra primera acción política debería ser escoger el amor por encima del miedo. Vivimos en tiempos en que el amor y el cinismo son usados de forma penetrante y persuasiva. Nuestra primera misión cuando nos levantamos tiene que ser creer en el amor”, había explicado Del Toro a principios del festival.
El jurado, presidido por la actriz Annette Bening, optó por un palmarés justo y equilibrado, en el que aparecieron casi todas las películas más aplaudidas durante los últimos 10 días, en una de las ediciones de mejor nivel en los últimos años.