Vanguardia

M R . CHAMPION

CON CRISTIANO RONALDO COMO LÍDER INDISCUTIB­LE, EL EQUIPO ESPAÑOL COMENZÓ AVASALLADO­R EN SU CAMINO AL TRIPLETE DENTRO DE LA LIGA DE CAMPEONES

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MADRID.– El Real Madrid arrancó su defensa del título de la Liga de Campeones con una sencilla goleada 3-0 ante el tembloroso Apoel de Nicosia, en un choque hipotenso en el que destacó por encima de todos Cristiano Ronaldo, autor de dos tantos.

El equipo blanco impuso la lógica sin sudar y Sergio Ramos fue el autor del tercer gol dentro de una noche plácida para el campeón, pero alejada de la brillantez.

El Real Madrid mostró de nuevo en el Santiago Bernabéu, y especialme­nte en la primera parte, una cara plana ante un rival notoriamen­te inferior. Dominó con claridad, por supuesto, pero sin profundida­d ni emoción. Fue como si no le quisiera jugar.

El inicio de partido tuvo muchas fricciones y al Real Madrid le costó transmitir algo con su juego ante un enemigo cerrado atrás. Cristiano Ronaldo, cómo no, sí mostró algo de voracidad en el equipo blanco. También reclamó protagonis­mo Gareth Bale con sus aparicione­s por la banda izquierda, que es el lugar donde más rinde aunque juegue poco allí.

De esta conexión salió el primer gol del Real Madrid. A los 12 minutos Isco condujo una contra con brillantez, abrió hacia Bale y el galés puso un centro perfecto para que Cristiano Ronaldo empujara a la red. El portugués no necesitó mucho tiempo para marcar la diferencia.

Hubo que esperar al minuto 34 para encontrar otra jugada interesant­e del equipo de Zidane, que fue prácticame­nte calcada a la del gol, pero sin éste. Centró Bale y Cristiano Ronaldo remató fuera en posición forzada.

La primera parte se marchó con aires de trámite y pesadez. No hubo prácticame­nte nada excitante exceptuand­o el reencuentr­o de Cristiano Ronaldo con el gol. La velocidad y la falta de profundida­d siguen siendo asignatura­s pendientes en este Real Madrid.

El conjunto español puso algo más de velocidad en la segunda mitad. Pasó de la segunda marcha a la tercera. Sin excesos, pero suficiente para generar más cosas. Por ejemplo, a los 46 minutos Cristiano Ronaldo remató al larguero y la pelota botó en la línea. Y a los 50 minutos el árbitro se inventó un penal por una mano de Roberto Lago que no existió y el portugués lo transformó en gol.

A los 61 minutos llegó el tercer gol en una jugada trabada que contó con una gran ejecución de Ramos de espaldas al arco. Con muy poco, el Real Madrid alcanzó la goleada en una hora de juego. El duelo sólo quedó para ver cuántos tantos más ofrecía la noche, pero no llegaron más porque el conjunto de Zidane no pareció demasiado interesado.

El Real Madrid comenzó su camino en la Liga de Campeones con lo previsto, una goleada, pero sin la brillantez exigida a un conjunto que aspira a su tercer título consecutiv­o.

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