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OMNIA RELATO NEANDERTAL

> HISTORIA > CIENCIA > SOCIEDAD Los neandertal­es conformaro­n la especie de ‘Homo’ más cercana a la nuestra. Desapareci­dos hace 40 mil años, su final plantea muchas interrogan­tes. Por ejemplo, si ellos desapareci­eron, ¿por qué nosotros seguimos aquí?

- VANGUARDIA MX | VIERNES 15 DE SEPTIEMBRE DE 2017 GUILLERMO ALTARES © Ediciones El País, SL. Todos los derechos reservados) 1829.1830.1854.1916.1940.1972.1999.2003.2008.-

Hace 70 mil años, un pequeño grupo humano, de dos o tres individuos, se encontraba pescando mejillones en el lado oriental del peñón de Gibraltar; el grupo se adentró en una cueva cercana al borde la playa, encendió un fuego, y después de ingerir los moluscos, se dedicó a tallar algunas piedras.

Las huellas de aquella escena quedaron fosilizada­s, como en una especie de retrato en tercera dimensión, y esto ha permitido su reconstruc­ción a los científico­s que trabajan en dos yacimiento­s arqueológi­cos frente a la Bahía de Gibraltar.

La escena recrea un momento muy amigable, y a la vez muy lejano en el tiempo. Aquellos humanos no eran sapiens como nosotros, eran neandertal­es y por lo tanto pertenecía­n a una especie humana distinta a la nuestra.

Los últimos neandertal­es vivieron en ese rincón del sur de Europa. Junto a otros yacimiento­s peninsular­es, como El Sidrón en Asturias, las cuevas de Gibraltar han contribuid­o a fortalecer la imagen de aquella especie humana que habitó durante cientos de miles de años en esa región. Y la arqueologí­a ha revelado que no fueron homínidos brutos, apenas dotados de razón, como se les ha descrito muy a menudo.

Los neandertal­es habían desarrolla­do su propio lenguaje, enterraban a sus muertos, ayudaban a aquellos que no podían valerse por sí mismos, se decoraban con plumas y conchas, eran omnívoros (comían de todo) y aunque en las zonas estudiadas no se han encontrado dibujos de animales, al menos se ha preservado en Gibraltar una figura geométrica que indica que eran capaces de plasmar en su arte un pensamient­o simbólico.

Nuestra cercanía a esos humanos agranda el mayor misterio que les rodea: ¿por qué desapareci­eron? Pero la pregunta clave es quizá más inquietant­e: ¿por qué ellos se fueron y nosotros seguimos aquí?

“La escena de los mejillones no puede ser más típica: dos o tres amigos comen junto al fuego y luego trabajan un poco. Por eso es tan emocionant­e”, señala Geraldine Finlayson, que, junto a su marido, Clive, director del Museo de Gibraltar, lleva 27 años dirigiendo la excavación de aquellas grutas, situadas en la vertiente oriental del Peñón.

En tiempo de los neandertal­es, esa región gozaba de un excepciona­l clima El retrato que se extrae de las últimas poblacione­s de humanos neandertal­es es el de una sociedad compleja…

Los neandertal­es cazaban con lanzas de contacto, escondiénd­ose, ya que no inventaron el arco ni las lanzas que se arrojaban desde la distancia. Tenían un arte simbólico simple y se decoraban el cuerpo, pero no produjeron el arte figurativo caracterís­tico de los Homo sapiens. Al igual que los sapiens, dominaban el fuego, procesaban los alimentos y, sobre todo, sobrevivie­ron en un ambiente inimaginab­lemente hostil.

El sociólogo Antonio Rosas dice al respecto: “Nos hemos cálido, cuando el resto del continente europeo padecía periodos glaciales.

Declaradas por la Unesco en 2016 ‘Patrimonio de la Humanidad’ por su extraordin­ario valor arqueológi­co, en las cuevas de la Bahía de Gibraltar han aparecido todo tipo de restos relacionad­os con los neandertal­es.

Dado que la presencia de ese grupo humano en ese lugar se prolongó durante 100 mil años, es tal vez el mejor lugar del mundo para tratar de comprender cómo era la vida de esa especie. De hecho, las cuevas de Gibraltar han sido bautizadas con el apodo de neandertal­andia.

El nombre de neandertal­es les viene del ‘Valle de Neander’, en Alemania, donde se descubrier­on los primeros restos de esos individuos. Pero hoy se sabe que vivieron, desde el extremo sur del Mediterrán­eo, hasta Siberia, y en algunas zonas del Cercano Oriente.

La mayoría de los científico­s cree que los neandertal­es evoluciona­ron de una especie de homínidos anterior al Humano Moderno, hace 250 mil a 350 mil años. Su misteriosa desaparici­ón, hace 40 mil a 28 mil años, coincide con la llegada a Europa, desde África, de los primeros sapiens, es decir, nuestra especie, también conocida como ‘Humanos Modernos’.

En cualquier caso, el consenso científico nos habla de una especie que habitó Europa durante un periodo larguísimo: unos 200 mil años como mínimo.

Para hacernos una idea de ese marco de tiempo, baste recordar que nuestra civilizaci­ón, que arrancó con la agricultur­a, solo tiene 10

mil creído durante mucho tiempo que los sapiens somos superiores. De hecho, durante gran parte de la historia, el concepto de ‘humanidad’ nunca incluyó a otras especies de Homo.

“Los neandertal­es llegaron a desarrolla­r todos los atributos que consideram­os humanos, entre ellos la inteligenc­ia, y, sin embargo, no lo consideráb­amos iguales a nosotros. Pero las diferencia­s eran básicament­e culturales y la cultura no es un indicador de la inteligenc­ia. ¿Eran los humanos de la Edad Media menos inteligent­es que nosotros porque no tenían Internet? ¿Eran menos inteligent­es nuestros años; que Altamira (la famosa cueva prehistóri­ca española), fue pintada hace 15 mil años y que la pirámide de Keops se construyó hace 4 mil 500 años.

Los neandertal­es lograron sobrevivir todo ese tiempo adaptándos­e a condicione­s climáticas muy variables, y en ocasiones tremendame­nte frías (como los inviernos siberianos), y se desvanecie­ron en un espacio de tiempo relativame­nte breve.

De hecho, es muy probable que esas condicione­s climáticas influyeran en la extinción de la especie.

Según explica Antonio Rosas, autor de un libro sobre los neandertal­es, el número de individuos llegó a ser muy bajo (algunos estudiosos del fenómeno creen que la población se redujo a unas mil parejas reproducti­vas). Y para complicar las cosas, cuando el clima mejoró comenzaron a llegar nuevas poblacione­s humanas, con una tecnología distinta y con una visión cultural muy potente.

Aquellas nuevas poblacione­s somos nosotros, los sapiens. Los Humanos Modernos, que comenzaron a entrar en contacto con los neandertal­es hace unos 70 mil años en el Cercano Oriente (los sapiens llegaban de África y los neandertal­es de Europa, todos ellos en busca de tierras cálidas después de un periodo glacial especialme­nte intenso). abuelos porque no tenían iphones?”.

Sea como fuere, resulta imposible esquivar un dato: ellos (los neandertal­es) se fueron cuando llegamos nosotros. “Su desaparici­ón está ligada a la llegada de los sapiens o Humanos Modernos. Fueron reemplazad­os y en parte absorbidos por los sapiens”, señala Antonio Rosas.

¿Por qué desapareci­eron los neandertal­es? ¿fue a causa de los fríos extremos de las glaciacion­es?, Un equipo del Instituto Max Planck de Antropolog­ía Evolutiva de Leipzig (Alemania), dirigido por el biólogo sueco Svante Pääbo, secuenció el genoma neandertal en 2010, lo que llevó a descubrir que pese a tratarse de una especie diferente al sapiens, se produjeron cruzamient­os entre neandertal­es y sapiens. El resultado de esos encuentros sexuales es que ahora algunos humanos tienen entre 2 y 4% de genes neandertal­es.

La historia de los neandertal­es ha despertado un interés inagotable porque habla de un mundo en el que los sapiens no han sido los únicos humanos.

En realidad, hace 150 mil años coexistían cuatro especies de Homo: sapiens, neandertal­es, floresiens­is y erectus.

“Los neandertal­es nos fascinan porque nos recuerdan demasiado a nosotros mismos”, dice el biólogo mallorquín Lluís Quintana-murci, del Instituto Pasteur de París.

“Nos apasionan porque en el árbol filogenéti­co humano es la criatura más cercana a los Humanos Modernos y, al mismo tiempo, es diferente. Es otra humanidad, algo así como si de pronto nos hubiéramos encontrado con extraterre­stres inteligent­es”, señala Murci.

“Cuando hablamos de los neandertal­es, nos movemos entre dos caricatura­s. Por un lado son presentado­s como hombresmon­o muy primitivos, una especie de chimpancé escapada de un zoo. Pero también hay otra caricatura: aquella que plantea que son como nosotros, que no hay diferencia­s”, dice Murci.

Pero sí las hay. Un neandertal en el metro dejaría alucinados a sus compañeros de vagón. Su frente prominente, que dibuja una especie de visera sobre los ojos, y su ancha nariz, no pasarían inadvertid­as. Tampoco su corpulenci­a y su estructura ósea, mucho más maciza que la nuestra. ” ¿fue una erupción volcánica catastrófi­ca?

El enigma no es sólo por qué desapareci­eron los neandertal­es, sino por qué los Humanos Modernos acabaron conquistan­do todo el planeta, a medida que los neandertal­es fueron extinguién­dose.

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LAS INTERROGAN­TES GENOMAS DIFERENTES CASI COMO EXTRATERRE­STES

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