EL NACER DE LA LEYENDA DEL STINGER
Desde el año pasado, Kia logró gestar una gran expectativa en torno al lanzamiento de su nuevo Stinger.
Las líneas que, en general, le dan forma a este auto se vieron por primera vez en el Autoshow de Frankfurt 2011, en un concepto llamado Kia GT. Tres años después, durante el Autoshow de Detroit 2014, la marca usó por primera vez el nombre Stinger en otro concepto llamado GT4 Stinger, un coupé de dos plazas. Finalmente, la versión de producción definitiva fue presentada al mundo una noche antes del Autoshow de Detroit en este año. Honestamente, nadie esperaba que Kia se atreviera a poner en producción un auto de este tipo. De hecho, podría parecer un capricho. No obstante, la marca coreana procuró un montón de elementos para la concepción del Stinger. Simplemente nada fue tomado a la ligera. El encargado de darle forma fue Peter Schreyer, actual jefe de diseño en Kia y consagrado dentro de su especialidad (tiene en su currículo ejecuciones como el Audi TT Mk1). Por otro lado, la marca también procuró que Albert Biermann fuera uno de los hombres clave dentro del proyecto. Biermann fue, hasta hace pocos años, el jefe para el desarrollo de los BMW más potentes y capaces (los de la serie M).
Considerando todo lo anterior, recordamos perfectamente la impresión que nos dio el tener por primera vez un Stinger de producción frente a nosotros con su respectiva llave en mano. Sí, fue un momento lleno de nervios, pues finalmente sabríamos si lo lograron.
Ya dentro de su habitáculo, destaca que los acabados, ensambles y materiales están a la altura de lo que en un momento dado podríamos considerar sus rivales: Audi A5 Sportback y BMW Serie 4 Grand Coupé. La insonorización, solidez en general y materiales tan agradables al tacto están ahí. Se nota la gran influencia alemana en cada rincón. Al poner en marcha su motor V6 de 3.3 litros con doble turbo, se empieza a percibir que este auto es todo un gran tursimo; un coche diseñado para recorrer distancias largas con toda la comodidad y manejo dinámico posibles.
En ese sentido, la aceleración del Stinger es muy contundente pero no radical. Incluso en nuestras pruebas de aceleración de cero a 100 km/h, percibimos un auto bien posado en todo aspecto y no uno que nos pegue violentamente al asiento al momento de acelerar. Ya en marcha, la solidez está ahí, capaz de rodar a velocidades posibles solo en las Autobahn alemanas (180 a 250 km/h) sin titubeo alguno y con toda serenidad. Al momento de usar los frenos, se perciben sus mil 850 kilogramos de peso. Es un auto pesado y no nos sorprende.