Presupuesto 2018: explicaciones que no aclaran
La controversia surgida a propósito de la circulación pública de un presunto anteproyecto de presupuesto de egresos para el ejercicio 2018 en Saltillo planteó una serie de preguntas debido a que, al menos a los ojos de quienes no somos expertos en finanzas, el hecho de que algunos rubros del mismo aparezcan en “cero” resulta inquietante. La primera conclusión que se antoja lógica es pensar que no habrá recursos para dichas actividades que, en el caso específico son: seguridad pública, comunicación social y publicidad, obra pública y reparación de vehículos.
Las dudas exigían, desde luego, una explicación por parte de la administración de Isidro López Villarreal –que no será, por cierto, la que ejerza dicho presupuesto– y ayer el alcalde salió a ofrecer su punto de vista al respecto, pero lejos de que la explicación resultara tranquilizadora hace surgir nuevas preguntas y refuerza algunas dudas.
Llama la atención, entre las cosas dichas por el munícipe, el señalamiento de que el problema de la seguridad pública “es un tema resuelto”, pues no se entiende de entrada qué quiere decir esto, aunque luego acotó el comentario señalando que el monto específico que a dicho rubro se asignaría en el presupuesto de egresos “no está determinado”.
De igual forma resulta poco claro el significado de un rubro que, de acuerdo con su definición específica –“Adeudos de Ejercicios Fiscales Anteriores”– pareciera dar a entender que se trata de recursos con los cuales se buscan cubrir adeudos que fueron generados con anterioridad, pero que, de acuerdo con la explicación del alcalde saltillense constituye en realidad deuda contingente que surge durante el mismo año.
“… no es que la estemos generando nosotros” (la deuda), dijo López Villarreal al explicar el destino que eventualmente tendrían los 120 millones que en el proyecto de presupuesto conocido, el actual Ayuntamiento estaría etiquetando en el presupuesto de 2018 bajo el rubro arriba señalado.
No se trata de arrojar sospechas gratuitas respecto de la ruta que está siguiendo el Cabildo de Saltillo para integrar el presupuesto del año próximo, único ejercicio fiscal de la administración de Manolo Jiménez, sino de exigir claridad respecto de cómo se está proyectando garantizar que los recursos públicos se encuentren adecuadamente distribuidos en el proyecto de gasto.
Lo anterior es particularmente importante si entendemos que, a diferencia de cualquier otra administración, la que iniciará funciones el 1 de enero próximo no tendrá la oportunidad de “echar a peder” para aprender, pues sólo contará con 12 meses para desplegar el proyecto por el cual votaron los saltillenses.
Valdrá la pena en ese sentido que, por un lado, la actual administración realice un ejercicio de transparencia en el proceso de integración del presupuesto del año próximo y, por el otro, que el equipo de transición no caiga en la tentación de medrar políticamente con el tema.
Lo que a los saltillenses nos interesa es que la ciudad tenga un presupuesto adecuadamente elaborado que ofrezca certidumbre respecto de aquellos rubros que son críticos en el quehacer público. Que todo mundo se ponga a trabajar en eso y que no expliquen con claridad a los ciudadanos.
A los saltillenses nos interesa que la ciudad tenga un presupuesto adecuadamente elaborado que ofrezca certidumbre