Cataluña seguirá siendo parte de España: Felipe VI
BARCELONA.- El rey Felipe VI acusó este martes al Gobierno catalán de una “deslealtad inadmisible” y garantizó la unidad de España, sólo minutos después de que el presidente de la Generalitat (el gobierno regional de Cataluña), Carles Puigdemont, dijera que la declaración de independencia “es cuestión de días”, todo en el marco de una huelga general que paralizó el territorio.
Felipe de Borbón hizo una comparecencia extraordinaria muy dura con el gobierno catalán (la Generalitat). El rey español no planteó ninguna apuesta por el diálogo y dijo que las autoridades catalanas, “de una manera clara y rotunda, se han situado totalmente al margen del derecho y de la democracia”. También aseguró que “los derechos que pertenecen a todos los españoles serán preservados”.
Concluyó subrayando su “compromiso como rey con la unidad y permanencia de España”.
Sus declaraciones fueron recibidas en las calles de Cataluña con caceroladas, bocinazos de los automóviles y gritos de protesta.
Anteriormente, Puigdemont, en entrevista con la BBC, aseguró que la declaración de independencia de Cataluña es “cuestión de días” y aseguró que su gobierno actuará hacia el fin de semana o el inicio de la siguiente”.
AVANZA LUCHA
Este martes la región se paralizó en una movilización masiva que intensifica el pulso con el Gobierno español.
Dos convocatorias se unieron en Cataluña este martes: una huelga general y un “parón del país”.
La huelga ya había sido convocada en septiembre por sindicatos minoritarios y el partido revolucionario CUP en apoyo a la independencia.
La consejera de Trabajo catalana, Dolors Bassa, aseguró sobre la huelga que hubo “un seguimiento muy masivo”.
En las calles de Barcelona los pequeños locales cerraron casi en su totalidad. Hasta la Sagrada Familia y las grandes atracciones turísticas cerraron sus puertas, favoreciendo que muchos turistas se acercaran con sus cámaras a las manifestaciones.
Los altercados fueron mínimos, pero hubo grupos que obligaron a cerrar los comercios que permanecían abiertos, y se dieron momentos de tensión frente a las sedes de los partidos Ciudadanos y Partido Popular, opositores al nacionalismo catalán.
Los manifestantes también pidieron que la policía nacional abandone Cataluña, causando aún más caos.