Margarita deshoja ganadores y perdedores
En días recientes Roy Campos, presidente de Mitofsky, profetizó: “La victoria de 1º de julio de 2018 se gestará antes del 30 de marzo del mismo año, fecha en la cual iniciarán las campañas electorales de manera formal”. Ganará quien mejor aproveche la fragmentación del voto y el derrumbe de coaliciones o frentes fallidos.
La decisión de Margarita Zavala hace retemblar las palabras de Campos al renunciar al PAN y ser candidata independiente. ¿Cómo se redefine el ajedrez político rumbo al 2018? ¿Quién gana o pierde con esa decisión?
La pulverización del voto panista, en proporción por determinar, favorece al PRI de 2 maneras: para apuntalar su candidato tricolor o hacer de Margarita el plan B. Hay una experiencia previa. Felipe Calderón facilitó el triunfo presidencial de Enrique Peña Nieto en 2012 al deshojar de tajo a Josefina Vázquez Mota.
Más aún, Zavala y las 11 candidaturas independientes a la Presidencia, inscritas al día de hoy, apuntalan las expectativas priistas al difuminar todavía más el voto.
De manera puntual, Margarita desmorona al blanquiazul y, por tanto, al llamado Frente integrado por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano. En este caso, dos compañeros de viaje, inimaginables; PRI y Morena, ganan. Aunque más el primero que el segundo.
Igual avanzan aquellas mujeres de clase media y alta, panistas y no, identificadas con Margarita como opción electoral de género.
Triunfa, en menor grado, Ricardo Anaya al deshacerse del lastre calderonista al interior del PAN.
Pierde Margarita al desprenderse de la coraza partidista e institucional que le daba visibilidad y estructura territorial en las 32 entidades del País. Su decisión pronto será reflejada en las encuestas a la baja.
Se debilita el Frente Ciudadano y la candidatura presidencial de Ricardo Anaya que enfrentará ahora a los zavalistas desde dentro del PAN: Salvador Vega, Roberto Gil Zuarth y Javier Lozano, entre otros.
Margarita es merma para Morena. Y opacará las 11 candidaturas independientes a la Presidencia.