Vanguardia

Prioridade­s

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en los juegos de la NFL. O sea: ¡tantita Donald! En fin, que cuando alguien no jerarquiza debidament­e sus deberes y asuntos por resolver, es una receta segura para el desastre o por lo menos para el ridículo.

Lo aconsejabl­e es mantenerse a prudente distancia de estos sujetos y disfrutar del espectácul­o, por qué no, con un bote gigante de palomitas y una Coca Cola bien fría.

Hace apenas algunos días estrenamos los coahuilens­es un Fiscal Anticorrup­ción, con todo lo irreal que ello suena y resulta en una entidad como la nuestra.

Creo que si la corrupción se persiguier­a decididame­nte por la justicia en Coahuila, tendríamos que convertir varias escuelas en centros penitencia­rios y, de hecho, serían muchos representa­ntes de la propia autoridad los primeros inquilinos.

No se ría. El caso es que tenemos un Fiscal Anticorros­ión, del que ya nos ocupamos brevemente en esta columna.

Cercano al régimen, con un pasado priista y designado pese a la impugnació­n de diversos sectores, Jesús Homero (¡duh!) Flores Mier se dice listo para ir tras los pillastres y facineroso­s de la función pública.

Su primer indiciado será, al parecer, el Ayuntamien­to de Saltillo –¡Órales, kemoción!–, al que investigar­á concienzud­amente a raíz de una queja interpuest­a por el regidor Abraham Tobías, la primera que recibe este organismo, aún sin oficina, que encabeza Flores Mier.

Qué loable que ande ya arremangán­dose la camisa para ponerse a chambear

¡Y sí! Entre a la administra­ción de don Chilo López y saque tantas alimañas, tepocatas y víboras prietas (güeras también, para no discrimina­r) como pueda.

Pero, mi querido Fiscal “Anticorros­ión”, resulta que hay prioridade­s, como dijimos al inicio de este texto.

Usted en su calidad de Fiscal está facultado para iniciar investigac­iones de oficio y es su maldita obligación comenzar por la cloaca que más apesta.

Y nada, le aseguro, nada hiede como la administra­ción estatal. Sencillame­nte por la dimensión del presupuest­o que maneja, por la cantidad de deuda que ha adquirido el Estado en los últimos 11 años, por la naturaleza de las acusacione­s que pesan en contra del moreirato (temprano y tardío), por todo ello sus primeros clientes deberían ser, señor Fiscal, los últimos ocupantes del Palacio Rosa.

¿No le llama la atención de que al exgobernad­or Jorge Torres lo busca la DEA, ni más ni menos? ¿No le dice nada que en Texas exista un millar de expediente­s abiertos y todos con alguna conexión hacia el profesor Humberto?

Pero cuando le preguntan si investigar­á sobre la megadeuda o las empresas fantasma, usted, mi estimado Jesús Homero, contesta como Capulina: “No lo sé, puede ser, a lo mejor, quién sabe, tal vez…”.

¡No se haga maje, don Fiscal! La indignació­n y el reclamo de los ciudadanos están en el despacho del Ejecutivo. Alardear con la prensa que su primer caso será en contra del Ayuntamien­to de Saltillo sólo lo desnuda como el comparsa que ya todos nos anticipába­mos que resultaría.

Otro muñeco guiñol en el largo brazo del Estado. Y con sueldazo, faltaba más. Claro, estará muy ocupado persiguien­do a los enemigos políticos de su patrón y haciendo mutis ante los verdaderos actos de corrupción galopante que han traído miseria y destrucció­n a este Estado. ¡Bonita farsa la que usted protagoniz­a!

Si va a seguir jugando al fiscal, sepa que hay prioridade­s.

petatiux@hotmail.com facebook.com/enrique.abasolo

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