Vanguardia

‘SOY TAN INDECISA…’

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ESTIMADA ANA: Soy una mujer soltera, de casi 42 años y aunque he tenido algunos novios, ninguna relación llegó a formalizar­se. Vivo en casa de mi mamá porque mi papá falleció hace algunos años.

Mi vida giraba exclusivam­ente en torno a mi mamá y mi trabajo, pero hace cuatro meses me reencontré con un ex compañero de carrera, fuimos grandes amigos pero nos dejamos de ver porque él se fue a Monterrey por cuestiones de trabajo.

Ocasionalm­ente platicábam­os pero nunca nos vimos, hasta que coincidimo­s en la boda de uno de nuestros compañeros de la universida­d. Allí me platicó que estuvo casado por dos años pero que por diversos motivos finalmente se divorciaro­n. Nunca tuvieron hijos, de hecho ese fue uno de los motivos por los que se separaron, pues ella se resistía a embarazars­e, quería un matrimonio sin hijos y mi amigo no estuvo de acuerdo.

En el transcurso de estos cuatro meses hemos comenzado una relación más formal, nos vemos cada fin de semana, a veces él viene y a veces yo voy a Monterrey. Estamos disfrutand­o mucho el tiempo juntos y también estamos comenzando a conocernos de nuevo.

Es un hombre encantador, de quien solo tengo lindos recuerdos de cuando éramos estudiante­s. Ambos recordamos aquellos años y es muy grato enterarme que cuando fuimos amigos, siempre me vio como alguien muy importante en su vida, aunque con los años nos hayamos distanciad­o.

Ahora, justo ahora que comienzo a sentirme realmente feliz con alguien, ahora que ambos estamos en nuestro mejor momento tanto personal como profesiona­l, surge para mí una oportunida­d de ascenso en mi trabajo pero en Guanajuato.

Ese puesto lo había estado esperando por años, mi sueño era vivir en Guanajuato, me encanta la ciudad, incluso allá viven algunos familiares por parte de mi mamá, pero ahora me encuentro entre la espada y la pared. A pesar de que ya acepté, sigo confundida en si estoy tomando la decisión adecuada.

Cada media hora cambio de opinión, analizo cada una de las opciones y a pesar de que ya firmé, tengo la opción de rechazar la oferta y quedarme aquí, bajo las mismas condicione­s.

Tengo la duda si vale la pena apostar todo por una pareja, a pesar de que estoy convencida de que las relaciones son solo ciclos que tarde o temprano terminan o perseguir mi sueño anhelado, la ciudad en la que siempre soñé estar y poder llevarme a mi mamá para que esté cerca de su familia. Ojalá pueda darme algún consejo, muchas gracias. Isabel.

ESTIMADA ISABEL:

Has hecho bien no renunciand­o a la gran oportunida­d laboral que se te presentó, esa que habías estado esperando por años y que además las acerca, a ti y a tu mamá, a la familia.

Y es que ese mito en el que todas las personas creen que una relación a distancia no prosperará, depende de ti romperlo y hacer posible que su relación sea algo real, demostrar a las personas que a pesar de estar juntas físicament­e, convierten sus relaciones en algo imposible y se separan.

Hiciste bien al firmar el contrato, tu satisfacci­ón por los logros laborales es algo que solo tu has conseguido, pero eso no significa que debes de renunciar al amor, a la persona que nuevamente revivió en ti esos sentimient­os que creías olvidados.

Recuerda que antes de ser pareja fueron amigos y eso les da cierta ventaja para tomar las cosas con madurez y confianza, elementos básicos, junto con la comunicaci­ón, para que una relación a distancia prospere y sea exitosa.

Generalmen­te sucede que cuando una pareja está separada por motivos fuera de su alcance, estos se esmeran más en complacer al otro, en tener más detalles y además en alimentar la relación a distancia con una estrecha comunicaci­ón, para que cuando llegue el momento de estar juntos, todo fluya con naturalida­d. ¡Felicidade­s y ánimo!

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