RAZONES DE LA DIABETES
Epidemióloga galardonada con el premio ‘Jóvenes Investigadores’, otorgado por la Fundación Astrazeneca, explica por qué esta enfermedad sigue en aumento
Más de 400 millones de personas padecen diabetes en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Desde 1980, el número de afectados se ha cuadruplicado. La escalada de la enfermedad, que ya afecta al 8.5% de la población mundial, ha traído consigo la proliferación de estudios científicos. Por ejemplo, el de la doctora Dora Romaguera (de Palma de Mallorca), cuyos estudios pretenden determinar si la combinación de la llamada ‘Dieta Mediterránea’, junto con la actividad física y una pérdida de peso moderada, puede ser parte de una buena estrategia para prevenir y tratar la diabetes tipo 2 —que ocurre cuando el nivel de azúcar en la sangre se vuelve resistente a la insulina.
Romaguera es investigadora especializada en epidemiología nutricional y en fisiopatología cardiovascular, y ha sido galardonada con el premio ‘Jóvenes Investigadores’, otorgado por la Fundación Astrazeneca.
Según Romaguera, llevar una dieta saludable sin alimentos procesados es fundamental para prevenir muchas enfermedades, incluyendo la diabetes tipo 2.
La doctora Romaguera responde a un cuestionario sobre el tema.
Pregunta. ¿Cómo ayuda la Dieta Mediterránea a prevenir la diabetes tipo 2?
Respuesta. Son muchos los componentes de la Dieta Mediterránea que resultan beneficiosos para la salud. Por un lado, está el elevado consumo de verduras crudas, de frutas y de pescado. Y por el otro, está el bajo contenido de alimentos procesados, entre ellos los refrescos azucarados.
En la investigación que realizamos trabajamos con una muestra de campo de 6 mil 800 participantes. Y encontramos que a medida que esas personas se mantenían más apegadas a la Dieta Mediterránea, llevaban un mejor control de su peso corporal, y más se alejaban de los marcadores de la diabetes, entre ellos de la hemoglobina glicosilada, un componente de la sangre que sirve para indicarle a un diabético si su diabetes se encuentra controlada o no.
P. Hace años la diabetes tipo 2 era común en adultos mayores de 50 años, pero en la actualidad es cada vez más frecuente en niños y adolescentes. ¿Cuál es la razón?
R. Esto obedece a la obesidad, que afecta a millones de personas a edades cada vez más tempranas. La obesidad y la diabetes son enfermedades que están muy relacionadas. En el origen de la obesidad hay un factor ambiental: influyen los cambios en los estilos de vida. Cada vez hay más niños sedentarios por causa de la urbanización, lo que implica una alimentación con muchos componentes procesados.
Pero también hay un factor genético. El estado de obesidad de la madre, el desarrollo de diabetes gestacional y la dieta durante el embarazo, todo ello predispone al niño a desarrollar obesidad y/o diabetes en el futuro.
De hecho, la obesidad suele ser un factor familiar: es decir, sueles ver a padres obesos que tienen hijos obesos. Probablemente obedece al estilo de vida que se lleva en la casa paterna, es decir, el tipo de alimentación y de actividad física; o si resulta de que la madre se mantuvo obesa durante el embarazo.
P. La calidad de los alimentos y la forma de cocinarlos ¿pueden alterar los beneficios de los elementos propios de la Dieta Mediterránea?
R. Los llamados ‘alimentos ecológicos’ son similares a los ‘no ecológicos’, pero estos últimos pueden tener un mayor nivel de pesticidas. En este sentido es recomendable ingerir los alimentos de la temporada que crecen en nuestro entorno, porque son más económicos y porque suelen ser más sanos y nutritivos.
Los métodos de cocción también son importantes. Por ejemplo, asar las carnes hasta el punto de quemarlas se asocia a un alto riesgo de cáncer de colon. Por otra parte, es ampliamente recomendable ingerir frutas y verduras crudas, al menos dos o tres veces al día.
P. ¿Cuál sería el menú ideal para un día de la Dieta Mediterránea?
R. Los platillos tradicionales de la Dieta Mediterránea se basan en una composición en la que al menos 50% de sus constituyentes son vegetales; 25% son alimentos ricos en hidratos de carbono, como podría ser la pasta, el arroz y el pan; y el otro 25% son alimentos proteicos, entre ellos el pescado, el huevo, el pollo, los frijoles y las lentejas.
Esa sería una composición ideal. Pero no es tanto qué comer, sino qué no comer. Tenemos que intentar eliminar de nuestras despensas todos los alimentos procesados: los refrescos, las galletas, los fritos y los cereales del desayuno.
Un buen alimento para el desayuno podría ser un sándwich o una torta elaborados con pan moreno o pan integral. Y para el mediodía, incluir una ensalada de vegetales crudos, bañados en aceite de oliva, estaría muy bien.
P. ¿Cómo pueden las instituciones públicas fomentar la Dieta Mediterránea en otras partes del mundo?
R. Hay que educar a los niños en materia nutricional. Los comedores escolares deben ofrecer menús equilibrados y saludables. Y también las máquinas expendedoras. Un estudio que ha analizado el contenido nutricional de esas máquinas revela que sólo tres de sus productos cumplían los criterios nutricionales adecuados.
Por lo tanto, sería importante que las máquinas pudieran expender frutas. De hecho hay que ingerir al menos tres porciones de
frutas al día, lo que es complicado.
Pero la fruta debería estar más accesible tanto en el trabajo como en los colegios, sobre todo troceada para que sea fácil de ingerir para los niños, y no les dé pereza comerse la manzana entera. También se podrían tomar otras medidas. Por ejemplo, hay colegios que ya tienen un día de fruta a la semana. Sería ideal que todos las semanas escolares fueran así.
P. ¿Y qué se puede hacer para concienciar a los adultos?
R. A ellos también les falta mucha educación nutricional. Hay mucha confusión con el acceso a internet y a los medios de comunicación. A veces la gente lee que el café es bueno. Pero luego, al cabo de dos días, lee que es malo, y eso confunde al consumidor.
No obstante, en la actualidad la gente está más concienciada en llevar un estilo de vida saludable. Hace 15 años hablabas de dieta y la gente pensaba solamente en adelgazar. Ahora está más interesada en saber qué es sano y qué no lo es desde el punto de vista nutricional.
P. ¿Qué repercusión tienen las investigaciones sobre la Dieta Mediterránea a nivel internacional?
R. La Dieta Mediterránea ha incursionado en las directrices dietéticas americanas. Y en general se está produciendo un cambio de paradigma en las directrices dietéticas de todo el mundo. Ahora las dietas no se centran en alimentos específicos. Antiguamente nos decían: “Disminuye la grasa saturada y el azúcar simple”. Son mensajes que a la población le cuesta asumir. Ahora los mensajes están dirigidos a una dieta con elevado contenido de productos de origen vegetal y bajo contenido de alimentos procesados.
P. Antes la diabetes era una enfermedad de los ricos, pero en la actualidad también se manifiesta en las clases menos favorecidas. ¿Cuáles la razon de un cambio tan inesperado?
R. Es interesante observar, como usted bien dice, que la diabetes (y la obesidad) es hoy en día un problema que también afecta a los más pobres. Esto se debe en parte a la urbanización que provee alimentos altamente procesados, y a que en muchas culturas (como la mexicana) existe la costumbre de consumir altos volúmenes de refrescos embotellados en vez de agua.
P. ¿Cómo se puede seguir la Dieta Mediterránea de la forma más simple y económica posible?
R. Aunque el aceite de oliva extravirgen y el pescado son caros, en las islas del Mediterráneo la gente humilde ha estado consumiento la dieta propia de la región durante muchos años. ¿Cómo lo hacen? Buscando los alimentos de la temporada. Si quieres comprar salmón va a ser caro, pero si vas al mercado y compras el pescado, las frutas y verduras de la temporada, serán mucho más baratos. Todo consiste en tener claro cuáles son los alimentos de cada época e incluirlos en el menú de cada diá.