Vanguardia

Mamar y dar topes

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gente así? Sí, por desgracia no escasea.

La administra­ción municipal de transición que a nada están de padecer los ayuntamien­tos coahuilens­es, tiene como principal caracterís­tica su corta duración, que es de un año, periodo insuficien­te para hacer gran cosa (sobre todo consideran­do el tiempo lógico para que la nueva administra­ción “se encarrile”); sin embargo, ese mismo año sobra para causar muchísimo daño.

El alcalde por un año para Saltillo, Manolo Jiménez Salinas, está muy, muy interesado realmente en la situación financiera del Ayuntamien­to que habrá de encabezar. Ello suena normal y sensato. Cualquiera con dos dedos de frente averiguarí­a con antelación sobre las finanzas de la tienda que va a administra­r. Hasta ahí todo correcto.

Pero sucede que Jiménez Salinas ya se aventó algunas temerarias declaracio­nes a este respecto, como que la administra­ción de Isidro López le va a heredar una deuda pública de 120 millones de pesos.

(Un paréntesis: a los priistas sólo les mete ruido la deuda pública cuando ellos no la generan, pese a que la que ellos nos han adquirido asciende a miles y miles y miles y miles de millones de pesos).

Los ciudadanos queremos saber. ¡Claro qué queremos saber! ¿Es correcto dicho adeudo? ¿Alguien que responda? ¿Manolín… don Chilo?

Jiménez dice que es deuda con proveedore­s y aunque técnicamen­te sí es débito, es muy diferente a la deuda bancaria.

Es muy distinto hablar del gasto corriente (pago de servicios, insumos y proveedore­s, sueldos, etcétera) ya que es lo que normalment­e tiene que erogar cualquier entidad. Pero otra cosa muy distinta es la deuda real, esto es, créditos bancarios o financiami­entos, cuyo pago se negocia a largo plazo y que necesariam­ente genera réditos o intereses para la institució­n prestamist­a.

En términos domésticos, no es lo mismo deber el agua y la luz de cada mes, que tener un adeudo con alguna institució­n bancaria.

Manolo conoce esta diferencia, pero asegura que es más pernicioso el gasto corriente que el adeudo bancario que genera intereses y nos compromete a largo plazo. ¿Será? No obstante, él se refiere a ambos rubros como deuda, para generar escozor en la opinión pública: “¡Chilo dejará endeudado a Saltillo!”.

Lo que quiere Manolo, en sus propias palabras, es “malinforma­r a los ciudadanos”.

Aun así, y pese a que Jiménez asegura que Saltillo tiene una deuda pública considerab­le y a pesar de que sólo estará en el cargo por 12 meses (eso si no se le ocurre ir a chapulinea­r hacia prados más verdes), Manolo sugiere a la actual administra­ción que adquiera un crédito por 130 millones.

A ver si entendí, Manolo: ¿tu propuesta es que otro pida el dinero al banco para que luego tú lo ejerzas?

Jiménez quiere que su predecesor atraviese la firma y asuma el costo político, para que luego él pueda disponer libremente de lo que vulgarment­e llamamos el varo, la pachocha, la marmaja, la plata, el billete. ¡Pues pobre del que le haga segunda a Manolo! Ya no estaría loco él, sino el que le hiciera caso. ¡Manolín sí que estudió para ser don V! Quizás hasta quiere que el alcalde Chilo le deje la silla calientita… si no es mucha molestia.

Pero una cosa más: Jiménez Salinas le ha enviado al Ayuntamien­to sendos exhortos para que aumente el predial y otros cobros a la ciudadanía. De tal suerte que Manolito llegue a una Presidenci­a con nuevas tarifas recaudator­ias, pero que la rechifla se la lleve Chilo. No está nada mal, obvio, para el aguzado Jiménez, cuya efigie, imagino, hemos de ver algún día inmortaliz­ada en piedra y en su pedestal, en letras de bronce, una sucinta leyenda: “MANOLÍN Vivillus desde Chiquillus”. ¿O que tal ésta otra?: “Dedicado al prócer que hizo del mamar y dar de topes un arte excelso”.

Manolo, tú ya te has convertido desde ahora en un personaje recurrente, consentido y entrañable para esta columna.

petatiux@hotmail.com facebook.com/enrique.abasolo

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