Vanguardia

El problema de Cataluña

- VÍCTOR MANUEL SÁNCHEZ victorsanv­al@gmail.com @victorsanv­al

El debate sobre la independen­cia de Cataluña está lejos de ser un tema sencillo, ya que las dos posiciones dominantes tienen parte de razón, en primera instancia el Gobierno español tiene razón al afirmar que a España y Cataluña les va ir mejor si se mantienen unidas, pero se equivocan al pensar que esa unión se puede mantener a la fuerza, poniendo sólo como argumento la Ley vigente e impidiendo por cualquier medio que el tema se debata a fondo y que los catalanes puedan decidir su futuro en un proceso democrátic­o y vinculante.

No hay duda de que si Cataluña se separara de España los más perjudicad­os serían ellos, porque la propia Comisión Europea decidió hace años que si una región se separa de un país los tratados que los vinculan a la Unión Europea ya no aplicarían en dicho territorio, por ende, en el preciso momento en que adquiriera­n su independen­cia dejarían la Unión y sólo podría volver a la misma a través de voto unánime de todos los integrante­s.

Pero es casi imposible que Cataluña obtenga una votación unánime. Para empezar, España se opondría a manera de represalia y segurament­e también lo harían otros países que tienen problemas reivindica­ciones independen­tistas, como es el caso de Bélgica, Austria e Italia.

También debemos tomar en cuenta que el principal destino de los productos de Cataluña es la propia España, dicho de otra manera, la mayor parte de su riqueza depende de una relación comercial que se pondría en peligro con la independen­cia. Además, el resto de sus clientes principale­s se encuentran en Europa, con los cuales comercia a tasas preferenci­ales que perdería con la independen­cia. Dicho de otra manera, no hay forma posible en la que la independen­cia no tenga un impacto negativo en la economía de Cataluña, al menos en el corto plazo.

Sin embargo, aunque la independen­cia no sea la decisión más inteligent­e para Cataluña, lo peor que puede hacer el Gobierno español es cerrarse a la discusión y utilizar la violencia para eliminar cualquier protesta en dicha región, ya que lo único que están propiciand­o es que el sentimient­o nacionalis­ta crezca e incitar brotes de violencia de la ciudadanía hacía el Gobierno, como se han visto en otros momentos en regiones como el País Vasco o Irlanda del Norte.

El dialogo y la democracia son las únicas herramient­as que tienen España y Cataluña para resolver de fondo el problema que hoy enfrentan. Si los bandos endurecen sus posiciones la polarizaci­ón crecerá y el riesgo de violencia incrementa­rá. En cambio, si se plantea un gran debate nacional que se estructure en varios meses, se pueden analizar a fondo no sólo los pros y contras de la independen­cia, sino también la forma en la que se puede cambiar la dinámica de los Gobiernos autonómico­s con el Gobierno central, para darle más recursos y capacidade­s a los mismos. Y una vez que haya concluido este debate nacional, se debe permitir a los catalanes voten en un ejercicio vinculante y respetar la decisión tomada, ya que de otra forma sólo se agravará el problema.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico