¿Periodismo líquido?
El mundo ha cambiado. A últimas fechas cambia casi a diario. En todos los aspectos de la vida cotidiana, llámese a esta vida conyugal, familiar, personal, laboral, administrativa, vida en redes sociales (es lo de hoy, una vida virtual), vida pública. Y como todo cambia, y en ocasiones el cambio es de un día a otro, nada es sólido ni estable, todo es líquido. Relaciones “líquidas”, moral “líquida”, término que acuñó el pensador Zygmunt Bauman para definir nuestra ceguera moral, donde no hay compromisos sólidos tanto a la palabra dada como al contrato pactado. Como todo es líquido y se desvanece en el aire, el compromiso de la mañana se deshace en la noche. Zygmunt Bauman y Leónidas Donskis acuñaron otro término para definir este presente sin compromisos: la adiáfora. Es decir, en una vida apresurada, donde todo mundo está conectado y al pendiente de sus redes sociales, la indiferencia hacia el mundo “real” se traduce en una especie de entumecimiento moral donde nada importa. Las reputaciones se hacen “agua” en las redes sociales y una fotografía y algún texto mal escrito, sin ser verdad, pueden causar un daño severo y muchas ocasiones irreparable.
Tiempos oscuros y aciagos, entonces, los que estamos viviendo. De aquí la importancia de los medios de comunicación y sus periodistas con su nombre por delante los cuales le dan certidumbre y veracidad a su información. El periodismo y los buenos medios de comunicación en cualquiera de sus modalidades como la radio (pienso en la BBC de Londres), impresos (sin duda, El País, de España; Der Spiegel de Alemania), televisión (CNN en Estados Unidos), nunca van a pasar de moda y sí, su presencia se va agigantar porque siguen produciendo contenidos de calidad y revelan esa verdad que a toda costa los Gobiernos quieren mantener bajo su alfombra.
Pero también afloran los mismos baches y corrupción de siempre, agregado a esto, lo que ahora se llama “noticias falsas” es decir, siguen existiendo los clásicos mentirosos de tinta y papel (y ahora, de ciberchip), quienes conspiran para deshacer reputaciones, no pocas veces pagado el texto por enemigos políticos que buscan desprestigiar. Y lo anterior, nombrado “noticias falsas”, ahora se ha convertido en una verdadera pesadilla. Circulan muchas con intereses ocultos, se pagan investigaciones manipuladas (el médico norteamericano Andrew Wakafield, publicando un falso ensayo en el cual decía de que las vacunas producían autismo, lo cual fue seguido a pie juntillas por miles de padres de familia, provocando el resurgimiento de enfermedades que ya estaba controladas en los USA), circulan expedientes apócrifos, cuentas de inversión falsas.
ESQUINA-BAJAN
¿A quién creer? Sin duda, al periodista que va con su nombre por delante. Al medio de comunicación que pone su nombre como valor y blasón para ser responsable en su accionar y sus textos. El juez debe de juzgar conforme a derecho, el funcionario debe de funcionar, la secretaria debe guardar secretos, el policía debe cuidar el orden público, el escritor debe escribir, el periodista debe de investigar, el chofer debe de conducir apropiadamente, el estudiante debe estudiar… de aquí, entonces, que el ciudadano siempre le cree más a un periodista y a su medio de comunicación favorito, que a un político o funcionario público. A un periodista se le pide que emita su juicio certero, pero uno no es juez. A un periodista se le pide que decapite al funcionario corrupto, pero uno no es verdugo. Pero se pide una y otra vez por un motivo: el único blasón que tenemos los periodistas, escritores, los buenos editores es nuestra palabra, la credibilidad de las letras.
Por eso ahora muchos medios de comunicación (electrónicos, impresos, digitales) han caído y siguen cayendo en el descrédito cuando utilizan la tinta, el papel, la fotografía y el ciberespacio para denostar, atacar, vilipendiar a un ciudadano (sea este funcionario, político, ama de casa, periodista, jardinero, obrero) cualquiera. Muchas ocasiones es “pago por evento” (fue el caso del escritor y periodista Armando Fuentes Aguirre, quien al criticar reiteradamente el funcionamiento del Gobierno del Estado, fue linchado mediáticamente por los acólitos, los medios afines al Gobierno en turno. La campaña fue ruda y hasta audios personales se filtraron. Don Armando, sigue de pie). En fin, lo de siempre.
Pero lo bien cierto es una cosa: el buen periodismo nunca va a quebrar. El buen periodismo es necesario para la construcción de sociedades libres y bien informadas, y con esta información se toman buenas decisiones en la vida cotidiana. El buen periodismo es eterno, y aunque pululen páginas y firmas fantasmas que sirven como fachada para negociosos personales, su penetración es escasa: no tienen credibilidad. Y lo anterior es el “coco” actualmente en los tribunales, ya que al candidato del PRI y Gobernador Electo, el ahijado Miguel Ángel Riquelme, le están cargando una buena suma de dinero como gasto de campaña de una compañía que lo promocionó en…
LETRAS MINÚSCULAS
Facebook. En fin, un nuevo frente de batalla en periodismo. www. vanguardia. com.mx/ diario/ opinion > Tratado de comercio condicionado > El espejo mágico > Cantinfleando con el TLCAN Variaciones opus 33 sobre el tema de Don Juan. El día que doña Elvira cumplió 18 años, Don Juan le dijo: –¡Qué hermosa eres! El día que doña Elvira cumplió 38 años, Don Juan le dijo: –¡Qué hermosa eres! El día que doña Elvira cumplió 58 años, Don Juan le dijo: –¡Qué hermosa eres! El día que doña Elvira cumplió 78 años, Don Juan le dijo: –¡Qué hermosa eres! Entonces le dijo doña Elvira: –¡Qué caballero eres! ¡Por eso siempre he estado enamorada de ti! Cuando supe esto pensé que el arte del donjuanismo no consiste en ser un Don Juan. Consiste en ser un caballero.
¡Hasta mañana!...