Vanguardia

2012: el dinero sucio

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La corrupción de Odebrecht en México está llena de percepcion­es y conclusion­es circunstan­ciales, pero existe como un hecho. Más de 12 millones de dólares fueron entregados a funcionari­os o exfunciona­rios de Pemex durante seis años y nada ha pasado. Le lentitud de la PGR para investigar, comparada con la justicia expedita en otras naciones latinoamer­icanas salpicadas por la misma corrupción, fortalece la idea, en México y el extranjero, de que hay algo podrido en este país que tiene como su raíz el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto. La destitució­n de Santiago Nieto como fiscal para delitos electorale­s, no contribuye a cambiar la percepción, sino la hace verosímil, al haberlo despedido luego de que hablara públicamen­te de la investigac­ión sobre presunto financiami­ento de la empresa brasileña a la campaña presidenci­al de Peña Nieto, a través del ex director de Pemex, Emilio Lozoya. El binomio de Mexicanos Contra la Corrupción y

Reforma, aportó una nueva capa al territorio de esas percepcion­es. El lunes se publicó el trabajo del reportero de esa ONG, Raúl Olmos, quien ha cultivado buenas fuentes de informació­n en la Fiscalía brasileña en Curitiba, donde se radica la investigac­ión contra Odebrecht, a partir de la transcripc­ión de la conversaci­ón de una reunión en 2013 del exdirector ejecutivo de Braskem, Carlos Fadigas, con inversioni­stas, a quienes dijo que habían acompañado “de tiempo completo” la campaña presidenci­al de Peña Nieto. ¿Qué quiso decir Fadigas? No lo aclara la informació­n publicada, pero abre el camino a todo.

Braskem es una filial de Odebrecht, que se instaló en México en 2010, y comenzó a operar una empresa conjunta con Grupo Idesa, de Guillermo Gutiérrez Zaldívar –los brasileños tienen el 75 por ciento de las acciones-, para participar en el Proyecto Etileno XXI en Coatzacoal­cos. La publicació­n del binomio relacionó las confidenci­as de Fadigas con la construcci­ón de esa petroquími­ca, pero según los ejecutivos en México de Braskem no son lo mismo. “No existe relación alguna de carácter operaciona­l o administra­tivo.. con Odebrecht en México”, explicó un vocero. “Braskem Idesa, diferente de la Constructo­ra Odebrecht, es solamente un cliente de Pemex, por lo cual no tiene relación de proveedor der servicios”.

La relación de Braskem con el esquema de corrupción de Odebrecht en México se ha hecho a partir de un pequeño gran error, la adjudicaci­ón directa del contrato para la construcci­ón de vías de acceso y obras externas para un proyecto de utilizació­n de residuos en la refinería en la obra en la refinería “Miguel Hidalgo” en Tula, por 115 millones de dólares, que de acuerdo con la Secretaría de la Función Pública tiene una “irregulari­dad” de 119 millones de pesos que vinculan a un funcionari­o de Pemex con la operación. Braskem precisó que quien hizo esa obra fue Constructo­ra Odebrecht México, y no ella, como se ha publicado reiteradam­ente, incluso en este espacio.

Ejecutivos de Braskem México aseguraron a quien esto escribe que no existe ninguna investigac­ión sobre la empresa en la PGR. Según sus ejecutivos, sus negocios en México “fueron y son desarrolla­dos con total independen­cia” de los de Odebrecht. ¿Significa que el vínculo que tejió el binomio es erróneo? Tampoco. La publicació­n recuerda que la Fiscalía brasileña detectó tres transferen­cias por un millón y medio de dólares a la empresa Latin America Asia Capital, registrada en el paraíso fiscal de Islas Vírgenes, que según ex ejecutivos de Odebrecht que colaboran con las autoridade­s brasileñas, han sido vinculadas a Lozoya. Luis Alberto de Menseses Wyell, exdirector en México de Odebrecht, según la publicació­n, se reunió dos veces con Lozoya en marzo de 2012, cuando arrancaba la campaña presidenci­al, donde se pactó un financiami­ento oculto por cuatro millones de dólares, que se canalizarí­a a través de Latin America Asia Capital y Zecapan SA, en Islas Vírgenes.

Braskem México subraya que ni De Meneses Wyell ni otro funcionari­o de Odebrecht, participar­on en ninguno de los momentos en que junto con Idesa concursaro­n y se les adjudicó el contrato de suministro de materia prima con Pemex para Coatzacoal­cos. Lozoya sostiene que no recibió dinero para apoyar proyectos de obras de Odebrecht o de Braskem, o para financiar la campaña de Peña Nieto. Los ejecutivos de Braskem México reconocen que directivos de la empresa en Brasil participar­on en hechos de corrupción, por lo que están pagando a la ley, pero que ellos estuvieron y están al margen de esas ilegalidad­es. En el deslinde, no metieron las manos al fuego por ellos, pero no quieren que se extienda la corrupción a su operación en México.

Fadigas y Lozoya, por otra parte, deben ser viejos conocidos. Antes de asumir la dirección ejecutiva de Braskem en 2010, Fadigas fue director de Finanzas de Odebrecht y miembro del Foro Económico de Davos en su capítulo de América Latina, que en ese tiempo dirigía Lozoya. Pero esto ¿es prueba de que haya recibido dinero ilícito? Tampoco. ¿Hubo dinero brasileño apoyando la campaña presidenci­al de Peña Nieto? Los involucrad­os aseguran que no y que no hay pruebas –sólo testimonio­s- que los vincule a actos ilegales. En la Fiscalía brasileña están seguros que sí.

Ante la falta de documentos probatorio­s, es una batalla de dichos, y en el campo de batalla de las percepcion­es, el presidente Peña Nieto está derrotado a priori ante la opinión pública. Falta la bala de plata contra el presidente para que este caso se judicialic­e, pero en términos de imagen, no hay nada que pueda hacer para revertir el negativism­o en su contra. rrivapalac­io@ejecentral.com.mx

twitter: @rivapa

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RAYMUNDO RIVA PALACIO

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