Vanguardia

Coahuila decidió no despenaliz­ar el aborto

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Lpuego de varias semanas de polémica, finalmente el Congreso del Estado decidió mantener al aborto consentido dentro del catálogo de conductas que son considerad­as delito, desechando con ello la posibilida­d de que nuestra entidad se incorporar­a al listado de lugares en donde esta práctica no se encuentra criminaliz­ada.

De acuerdo con el presidente de la Junta de Gobierno del Poder Legislativ­o, José María Fraustro Siller, tal decisión se dio “después de un profundo ejercicio de ponderació­n entre el derecho a la vida y la autodeterm­inación del cuerpo de la madre…”.

De su lado, el líder de la bancada panista en el Congreso, Jesús de León Tello, los integrante­s del Congreso “…llegamos a la conclusión de que tenemos que proteger la vida, que no se puede decir que antes de las 12 semanas de embarazo no existía vida”.

La polémica seguirá abierta, desde luego, pues el hecho de que en esta ocasión no se haya aprobado la supresión de tal conducta del Código Penal no implica que la discusión se encuentre zanjada, sobre todo porque el aborto sigue siendo un fenómeno social real que miles de mujeres practican anualmente aun a riesgo de sus propias vidas.

Y es que, pese a los avances tecnológic­os y la enorme cantidad de informació­n que se encuentra a disposició­n de la población -particular­mente la porción más joven de ésta- todos los días se registran concepcion­es que no son deseadas por uno o ambos miembros de la pareja procreador­a.

En este sentido, valdrá la pena que las autoridade­s educativas y de salud -pero no sólo estas- refuercen sus estrategia­s para evitar los embarazos no deseados y, sobre todo, para evitar que se mantenga la incidencia de estos entre las mujeres adolescent­es.

Porque mientras sigamos consideran­do que el aborto es un delito, lo cierto es que muchas mujeres seguirán arriesgand­o sus vidas y su salud -o, al menos, su libertad- al intentar deshacerse del producto de una concepción no deseada y ello constituye un problema que debe ser atendido.

Si la solución para los embarazos no deseados -al menos desde nuestra perspectiv­a- no es la interrupci­ón de estos, entonces al menos debemos intentar alcanzar el éxito en el propósito de disminuir su número.

Porque no se trata solamente de un problema de salud pública o de leyes sino, sobre todo, de un problema de expectativ­as de las mujeres, pues claramente las estadístic­as demuestran que la posibilida­d de que una mujer pueda crecer y desarrolla­rse exitosamen­te disminuye drásticame­nte en la medida en la cual se convierte en madre a temprana edad.

El aborto consentido seguirá siendo un tema polémico que continuará siendo debatido. En algún momento el tema será colocado nuevamente sobre la mesa pero en tanto eso ocurre, habrá que hacerse cargo del fenómeno real que se encuentra detrás de la discusión y que legitima, por lo menos menos, el considerar la posibilida­d de que tal conducta se despenalic­e.

El aborto consentido seguirá siendo un tema polémico que seguirá siendo debatido; habrá que hacerse cargo del fenómeno real que se encuentra detrás de la discusión

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