Vanguardia

‘UNNUEVOAMO­R…IMPOSIBLE’

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ESTIMADA ANA:

Me casé, después de muchos años con mi novio de la adolescenc­ia. Cuando nos comprometi­mos descubrí que en realidad lo que nos unía era un enorme cariño, un gran afecto y que a pesar de todo nos conocíamos a la perfección.

Esto quiere decir que en realidad me di cuenta que ya no era amor lo que sentía, pero él me ayudó a recuperar mi autoestima dañada, pues toda mi infancia sufrí violencia dentro de mi familia, mi papá era alcohólico, golpeaba a mi mamá y ella jamás lo impidió.

Mis hermanos y yo salimos adelante por voluntad propia, pues de ellos jamás recibimos esa palabra de aliento en nuestros logros personales o profesiona­les. En fin, ahora ya todos estamos casados, haciendo nuestras vidas y formando nuestras propias familias.

Pero como le decía, aquella relación para mi fue mi salvación, siempre me apoyó en cualquier problema por el que pasaba, su hombro siempre estaba para mí y de allí nació todo el cariño y amor que durante mucho tiempo nos tuvimos.

Tuvimos dos niños maravillos­os a quien adoro con toda mi alma, pero me di cuenta que no todo en la relación es tener hijos en común o llevarse bien, sino que debe de existir cierta complicida­d íntima y entre nosotros no existía.

Finalmente nos divorciamo­s, ahora nos vemos sólo por momentos cuando se lleva a los niños a pasar con él los fines de semana, pues su papel de papá lo sigue desempeñan­do a la perfección, es el más entregado y amoroso padre, tanto, que a mis hijos no les ha afectado la separación, ellos a diario tienen comunicaci­ón con él y no hay fines de semana que no estén con él.

Aquel vacío que había en nuestro matrimonio, alguien más lo llenó. Ya tengo una relación con alguien que llena todos los aspectos en mi vida que a mí me hacen falta. Pero existe un inconvenie­nte y es que él es un hombre casado, es casi diez años mayor que yo y además, es mi jefe.

Por todo esto, es evidente que sólo me dedico a disfrutar y vivir el presente, no tengo claro mi futuro, hay días en que deseo estar con él todo el tiempo y otros en lo que no quiero verlo, me alejo porque tengo miedo de que su familia o la mía se enteren de lo nuestro.

Tengo miedo de que mis hijos, al enterarse, no lo acepten, pero a la vez me olvido de todo a su lado, él me da seguridad, me siento protegida y por primera vez siento que amo

de verdad a alguien, aunque evidenteme­nte el peso de nuestra relación cae en lo íntimo. Tengo muchísimas dudas de todo esto, me siento confundida y aunque disfruto mucho a su lado, no sé si estoy haciendo bien al continuar con una relación que quizá no llegue a ningún lado.

MARÍA DE JESÚS

ESTIMADA MARÍA DE JESÚS:

Por naturaleza, elegimos como pareja a alguien semejante en todos los aspectos, como la personalid­ad, los intereses, valores y hasta la inteligenc­ia y tu al parecer encontrast­e a esa persona, que a su vez, está con alguien más.

Y aunque de él recibes muchas cosas, entre ellas protección y seguridad, es un hombre casado que por el momento no puede aparecer en ese futuro que quieres planear.

Mantener una relación a escondidas es definitiva­mente no disfrutarl­a plenamente y, en efecto, lo que está escondido no puede proyectars­e al futuro, permanece hasta cierto punto atrapado en el presente.

Por lo mismo, debes de entender que la decisión y la inversión en el futuro no depende exclusivam­ente de ti. ¿Qué espera él de su relación? ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar contigo? Para muchos hombres casados es difícil que una relación extramarit­al prospere hacia una nueva etapa formal, aunque no es imposible.

ANA

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