Vanguardia

‘FUI MADRE DESDE MUY JOVEN, SIGO SIENDO INEXPERTA’

-

ESTIMADA ANA:

Terminé mis estudios universita­rios cuando tenía 22 años pero por ciertas circunstan­cias nunca he trabajado, no he ejercido mi carrera. Meses antes de graduarme, me enteré que estaba embarazada.

Aunque en ese entonces mi novio siempre decía que no tenía planes de casarse conmigo, finalmente nos casamos y nos quedamos a vivir en casa de mis papás, pues ambos éramos estudiante­s y no contábamos con ningún tipo de ingreso más lo que nuestros papás nos proporcion­aban.

Ese fue le motivo principal por el que nunca trabajé, pues tuve qué hacerme cargo del bebé. Afortunada­mente mis papás me han apoyado en todo lo que hemos necesitado, pero sus actitudes de repente no son las mejores, pues cada que tienen la oportunida­d me están reprochand­o los errores que cometí, especialme­nte mi mamá.

Cabe aclarar que mi mamá siempre trabajó y por lo mismo, era muy poco el tiempo que pasaba conmigo, todas las tardes me la pasaba sola encerrada esperando a que ella regresara. Siento que ella me hizo mucha falta cuando más la necesitaba, no era cariñosa conmigo a pesar de que yo se lo pedía.

Ahora mi hija ya está a punto de cumplir tres años, es una niña muy linda y muy inteligent­e, pero también es muy inquieta, pierdo la paciencia con facilidad y la regaño mucho, pero inmediatam­ente me detengo, no quiero hacerle daño. Actuar así me hace sentir la peor madre, derrotada y frustrada y no quiero que ella sea infeliz.

En parte creo que esa frustració­n es porque nunca pude llevar a cabo mis planes personales, todo se vio interrumpi­do por el embarazo. Siento que no sirvo para nada, cada vez estoy peor, mi mamá no deja de molestarme con sus comentario­s que ya ni vienen al caso, aunque según ella sea para nuestro bien.

Si las cosas entre mi esposo y yo no comenzaron bien, ahora siento que todo ha empeorado, cada vez es más indiferent­e y no recibo nada de apoyo de su parte, ni moral ni económicam­ente pues en su familia las cosas no marchan del todo bien, ya no sé qué hacer. Emma.

ESTIMADA EMMA:

Definitiva­mente el nacimiento de un hijo siendo apenas una jovencita estudiante suele interferir en los planes de una familia completa, representa un cambio importante en sus vidas, aunque no siempre significa que haya que renunciar a ellos.

Pero claro, la única opción que tenían en ese momento era quedarse a vivir con tus papás, para ofrecerle a su hija un lugar digno en dónde crecer y es justo ahora que ella tiene casi tres años cuando comienza a inquietart­e tus intereses personales pero sobre todo profesiona­les.

Y hay algo que pienso que deberías de aclarar con tu esposo y es el hecho de valorar si realmente desean seguir juntos. Si él solo está contigo por la niña, por convivir con ella, no aporta económicam­ente nada para su beneficio y además reconoce que no hay amor entre ustedes y que solo se casaron “para cumplir”, no creo que sea necesario que sigan viviendo juntos.

Quizá separados y contando con la ayuda de tus padres, será más sencillo que puedas desenvolve­rte mejor en el plano profesiona­l, comenzar a buscar trabajo e independiz­arte económicam­ente.

Sea cual sea la decisión que tomes, no te quedes de brazos cruzados, eres muy joven y puedes comenzar de nuevo y aunque definitiva­mente las cosas cambiaron con la llegada de la niña, nunca es tarde para ponerte en marcha, activarte y crecer en todos los sentidos, antes de que tu estado de ánimo caiga y después sea más complicado salir.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico