Huawei explora la inteligencia artificial
ENTÉRESE La empresa china de telefonía lanza un celular que aprende del uso diario para adaptar su rendimiento
MADRID.- Estos últimos meses nos hemos encontrado con smartphones flagship con precios cercanos e, incluso, superiores a los 20 mil pesos. Es el caso de los últimos terminales de Apple y Samsung, y se prevé que suceda lo mismo con el V30 de LG que llegará en las próximas semanas. Por eso, es una buena noticia que Huawei haya decidido mantener un precio contenido (15,500 pesos) para su nuevo dispositivo insignia, el Mate 10.
Los sacrificios que se han hecho para conseguirlo no son muchos ni determinantes para el funcionamiento del terminal: tecnología OLED, carga inalámbrica o resistencia al agua son las ausencias más destacadas. Por lo demás, se suma a casi todas las tendencias actuales, como una pantalla sin marcos, compatibilidad con la carga rápida y efecto retrato en las fotografías.
El Huawei Mate 10 tiene un diseño atractivo en el que la pantalla se lleva todo el protagonismo. Y es que se extiende prácticamente hasta los bordes, dejando los marcos reducidos a su mínima expresión. Por regla general, los modelos de la competencia con esta filosofía poseen un formato alargado de 18:9 (el doble de alto que de ancho), gracias al que se facilita el agarre o se fomenta la sensación de inmersión durante la reproducción de vídeos.
Huawei se desmarca de esta moda y mantiene la tradicional relación de aspecto 16:9: la misma con la que han sido grabados la mayoría de contenidos multimedia disponibles en la actualidad. De esta manera, al visualizarlos se evita que el móvil tenga que adaptar las imágenes o que aparezcan bandas negras a ambos lados. No todo es positivo: con 5,9 pulgadas, el teléfono resulta un poco ancho y es indispensable utilizarlo con las dos manos. La sensación se potencia con el acabado en cristal de su parte trasera, que provoca que se resbale mucho al agarrarlo —y que sea un auténtico imán para las huellas—.
Y hablando de huellas. Mientras la mayoría de fabricantes ha optado por trasladar el lector a la zona trasera, la china lo deja en el frontal, bajo la pantalla. Para ello ha tenido que disminuir su tamaño, aunque eso no afecta a su funcionamiento (muy rápido y sin errores) ni a sus capacidades. De hecho, está dotado de las funcionalidades propias de un panel táctil: al tocar sobre él se activa la función de retroceso; si se deja pulsada durante un segundo se vuelve a la interfaz principal; y cuando se desliza el dedo de un lado a otro se abre el menú de aplicaciones en segundo plano. Se necesitan unos días para acostumbrarse a este método de control pero, una vez conseguido, es una alternativa muy cómoda a los iconos en pantalla.