Veneno para el sistema
El protagonismo de los partidos políticos en el desarrollo de la vida pública de las naciones empezó a proyectarse desde el Siglo 17 y se ha convertido, a lo largo de los años en instrumento para la organización de la participación política de la sociedad. En nuestro País tenemos de larga data el sistema de partidos políticos y en la reforma electoral del 2014 se abrió paso a las candidaturas independientes. También se ha legislado sobre las alianzas. En el proceso eleccionario que viviremos el año próximo se avizoran con toda claridad el que haya partidos políticos que decidan ir juntos. A la fecha se ha conformado un frente integrado por el PAN, el PRD y MC, derecha e izquierda, para plantearlo en términos llanos, con la posibilidad de competir unidos el año próximo que se renuevan las dos Cámaras del Poder Legislativo y la Presidencia de la República, amén de elecciones locales en diferentes entidades federativas.
Hay quienes han dicho que la izquierda y la derecha son como el agua y el aceite, que jamás se mezclan y que, por ende, resulta inconcebible una alianza de esta naturaleza. Me voy a permitir compartirle el pensamiento del fundador de mi partido, uno de los hombres más brillantes del siglo veinte, don Manuel Gómez Morín, en torno a la concepción que tenía respecto a la participación política. El texto data de 1939, proviene de una carta escrita a un amigo ecuatoriano llamado Eduardo Larrea: “Hemos decidido crear una institución nueva. Acción Nacional, que aspira a organizar para la vida ciudadana, a todas las personas que no son ni quieren ser políticos profesionales; pero que reconocen como un deber primario de conciencia, el ocuparse en la medida de sus posibilidades y como las circunstancias lo hagan necesario, de los asuntos políticos”. “Desde el punto de vista interior, el programa de Acción Nacional se inspira en la proclamación del respeto debido a la eminente dignidad de la persona humana, con todas las ricas consecuencias que ello tiene desde el punto de vista de la estructura política y de la organización social…”. “Aspira a ser nacional, porque no está abierta para un sólo grupo, porque no reconoce la división de la Nación en clases o en parcialidades, porque cree que el deber de acción pública corresponde a todos los hombres que forman la comunidad…”. Y otra más, esta cita corresponde a una de las cartas enviadas a don Efraín González Luna: “Los partidos independientes de México, deciden apoyar a un candidato, presentar un frente único en la lucha electoral en contra de la imposición, en contra de lo que resulta de esa cloaca máxima de política que es el Partido de la Revolución Mexicana. Evidentemente no vamos nosotros a debilitar una postura de unión… simplemente contribuir para evitar que se imponga a la República, la indignidad de un presidente oficial salido de ese partido”. Note usted, generoso lector, las similitudes del pasado con el presente… Esto es lo que expresa hoy el Frente: “Los mexicanos estamos al final del desaliento y ante el umbral de la esperanza. Muchos jóvenes no lo vivieron pero lo saben: ayer tuvimos la democracia frente a nosotros y la dejamos ir, y hoy nos vuelve a atenazar un presidencialismo perverso que ha fortalecido un sistema de desigualdades, ilegalidad y violencia”.
Lo que alienta esta alianza electoral no atenta contra la doctrina de Acción Nacional. Es esencial destacarlo. Es electoral, los motivos son electorales, como fue la chilena en su momento entre la izquierda y la derecha, no había otra forma de eclipsar al dictador Augusto Pinochet. El sistema político imperante en México es de manufactura priista, la red tejida en tantas décadas de poder omnímodo está extendida en todo el país, el control que tienen a través de ella es mastodóntico. El sistema en si fue concebido para controlar y la sola circunstancia de verse amenazados los lleva a combatir con todo lo que tienen a su disposición al oponente. Nada es fortuito, atacan precisamente a quien más posibilidades tiene de derrocarlos. Ni me asombra, ni me extraña. El despliegue de fuerza que han hecho para impedir la nulidad de la elección de Coahuila, es una muestra de la mezquindad y la soberbia del tricolor. En cualquier otro País, se hubiera anulado toda la elección, pero no en el nuestro. Las instituciones creadas para organizar y vigilar los procesos eleccionarios y las que garantizan la legalidad de las mismas, todavía no están emancipadas del sistema, están diseñadas para dificultárselos. Entre sus integrantes hay gente de honor, pero luchan solos, el grueso le debe vida y fortuna al priato y paga el precio.
El reconocimiento de las diferencias es clave para el fortalecimiento de las coincidencias. El Frente Ciudadano por México lo sabe, y no es asunto menor. www. vanguardia. com.mx/ diario/opinion
ROSAURA RUIZ
> El Modelo y la Reforma Educativa
TERESO MEDINA RAMÍREZ
> Los ojos de Putin…
SANTIAGO CORCUERA CABEZUT
> Crimen organizado y Seguridad Interior