UADEC: arranca la sucesión, otra vez
El intempestivo anuncio de la salida de Blas Flores Dávila de la Rectoría de la Universidad Autónoma de Coahuila precipitará el inicio de un nuevo proceso electoral dentro de dicha institución, cuando teóricamente aún faltaba casi un año y medio para que ello ocurriera, debido a que el segundo período para el cual fue electo el actual Rector apenas había superado el 50 por ciento de su duración.
Como se ha informado ya, Flores Davila anunció ayer, durante una sesión del Consejo Universitario de la máxima casa de estudios de Coahuila, que el gobernador Electo, Miguel Ángel Riquelme, le invitó a integrarse a su gabinete, al frente de la Secretaría de Finanzas, razón por la cual decidió renunciar al cargo de Rector.
Con ello, Blas Flores será el tercero de los último cuatro rectores que no concluye su período al frente de la UADEC, pues tanto José María Fraustro como Jesús Ochoa dejaron truncos sus mandatos luego de recibir invitaciones para ocupar, el primero, un alto cargo en la Secretaría de Educación Pública, y el segundo, una posición en el gabinete estatal.
No es pues una novedad que el escritorio principal del edificio de Rectoría deba ser ocupado en forma interina por el Secretario General de la institución, en tanto se convoca a elecciones para designar sucesor.
Y ya desde ayer mismo “saltaron al ruedo” quienes pretenden suceder en el cargo a Flores Dávila: quien se queda a cargo del despacho de la Rectoría, Salvador Hernández Vélez, y el responsable de las finanzas institucionales, Francisco Osorio. Ambos, incluso adelantaron las líneas fundamentales de lo que será su eventual proyecto de campaña.
La clara manifestación que los dos funcionarios han hecho pública pareciera anticipar que en los próximos meses la Universidad vivirá un proceso que no es común en las elecciones de Rector de dicha institución: la existencia de más de un candidato al cargo.
Adicionalmente habría que destacar el hecho de que, aún cuando ambos han hecho carrera en la capital del Estado, Hernández Vélez puede ser considerado un claro representante del “sector lagunero”, mientras que Francisco Osorio abanderaría en la competencia al “bloque saltillense”.
¿Provocaría esta circunstancia que la Universidad se polarice a partir de los regionalismos que históricamente han distanciado en la actividad política a saltillenses y laguneros? La respuesta a dicha interrogante no es trivial, sobre todo si las pasiones post electorales que ha dejado la elección de Gobernador terminaran permeando al territorio universitario.
La competencia interna sin duda debe ser saludada, pues una de las críticas que suele hacerse en la Universidad es la existencia de candidatos “de unidad” que dejan la impresión de que la democracia universitaria es sólo un asunto de formas y no fondo.
Sin embargo, quienes se incorporen a la lucha por el despacho principal del edificio de González Lobo harán bien en cuidarse de no convertir a la Universidad en una arena de lucha que, tras la elección, quede atrapada en el conflicto electoral y eso obstaculice la concreción de sus fines académicos.
Quienes se incorporen a la lucha por el despacho principal del edificio de González Lobo harán bien en cuidarse de no convertir a la Universidad en una arena de lucha