Las miserias del PAN
¿Por qué el PAN ha permanecido en un estado de infantilismo político, incapaz de profesionalizar sus cuadros, edificar estructura territorial y profundizar su influencia en su bastión natural: las clases medias y altas?
En la campaña electoral pasada, su cercanía a la alternancia electoral fue una casualidad histórica, no producto de su trabajo partidista: el PAN insistió en “la megadeuda” y sus impactos para mostrar un Coahuila apocalíptico; enfatizó la complicidad del pasado Gobierno y fusionó el Gobierno de Humberto con el de Rubén para anunciar la continuidad en Miguel Riquelme.
Erosionaron al Moreirato en redes sociales y medios de comunicación bajo un lema: “Erradicaremos la corrupción e impunidad de Coahuila. Y los encarcelaremos”.
Los astros se alienaron a su favor con los escándalos de corrupción e impunidad, de Enrique Peña Nieto y los gobernadores de Veracruz, Quintana Roo y Chihuahua.
Hasta aquí los panistas coahuiltecas imaginaban ganar, sin cuadros profesionalizados, estructura territorial y trabajo sistemático en las clases medias y altas. Pusieron todos sus huevos en la canasta del golpeteo sistemático en redes sociales y medios de comunicación. Y casi les alcanzó.
Pero, ¡oh, sorpresa! A la hora buena el PAN no supo armar una coalición triunfadora a su interior, por caprichos de Guillermo Anaya, quien despreció a Isidro López, Gerardo García y Luis Fernando Salazar. ¿Cuál fue el costo político? La derrota electoral del PAN en Saltillo que fue determinante para la victoria del PRI.
El costo fue más allá. La inmadurez panista también impidió amarrar una alianza ganadora –al exterior– con Javier Guerrero, José Ángel Pérez y Lucho Salinas.
Derrotado el PAN, como niños, hoy se pelean las migajas sobrantes. Isidro, sin preguntar, buscará la reelección en 2018. García también, pero impulsado por el PRI y Salazar la peleará contra Jorge Zermeño –quien tampoco consultó. Anaya y Chuy de León pelearán la Senaduría. ¿Y Bernardo López, presidente estatal panista? En la orfandad.
¿Es ese el PAN que se merece Coahuila?