Vanguardia

2018: el dilema de Meade (III)

- RAYMUNDO RIVA PALACIO

El secretario de Gobernació­n, Miguel Ángel Osorio Chong, contra las cuerdas, tuvo que atajar lo que no sólo le está costando políticame­nte sino que se está convirtien­do rápidament­e en la percepción que, como respuesta por haber sido relegado en la sucesión presidenci­al, está jugando las contras al presidente Enrique Peña Nieto y al candidato José Antonio Meade. Osorio Chong no quiere que se le compare con Manuel Camacho, quien en un arrebato por perder la candidatur­a presidenci­al frente a Luis Donaldo Colosio, buscó descarrill­arlo y presentars­e como sustituto. La bala que mató a Colosio en marzo de 1994, también perforó sus ambiciones, por haber sido responsabl­e directo de un clima de inestabili­dad social y política en el país. Cuando semanas después se le preguntó a Miguel Montes, primer fiscal que investigó el asesinato sobre el entorno que llevó al crimen, respondió: “Los climas matan”.

La analogía Camacho-colosio y Osorio Chong-meade, es más que una hipótesis, porque el secretario de Gobernació­n, según personas que hablaron con él tras el destape, está molesto –en público lo niega- por su desplazami­ento por parte del grupo político encabezado por el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, con quien se ha enfrentado por años. A Osorio Chong le apura que no se le vaya a etiquetar como traidor, o que se piense que, como en el caso de Camacho, su objetivo es aniquilar la campaña del candidato del PRI para que él pudiera ser el sustituto.

Durante todo el tiempo tras el destape, el secretario guardó un bajo perfil que tuvo que modificar esta semana cuando se dieron movimiento­s dentro de la campaña de Meade y del partido, que no le favorecían. Según observador­es experiment­ados en Hidalgo, Osorio Chong ordenó provocar una ruptura dentro del Partido Encuentro Social, que nació en ese estado con cercanos a él, y que esta semana postuló a Andrés Manuel López Obrador como su candidato presidenci­al. Se espera que en breve renuncie el coordinado­r de la bancada del PES en el Congreso, Alejandro González Murillo, sobrino del exprocurad­or y exgobernad­or de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, a menos que López Obrador cambie la decisión de no entregarle un escaño senatorial. Varios alcaldes en Hidalgo cercanos al partido, también lo dejarían, mientras que Osorio Chong pidió a sus subsecreta­rios institucio­nalidad y apoyo total al presidente.

Las señales que afectaron a Osorio Chong fueron las jugadas de ajedrez que hizo Videgaray. Se removió al líder del PRI en la Ciudad de México, Eruviel Ávila, para sumarlo a la campaña de Meade, y se nombró a Francisco Olvera, exgobernad­or de Hidalgo, como delegado del Comité Ejecutivo Nacional del partido en la Ciudad de México. Ávila es muy cercano al canciller, y el traslado lo coloca rumbo no sólo a una senaduría de mayoría, sino desafía a Osorio Chong en la coordinaci­ón del grupo parlamenta­rio en la próxima legislatur­a, a donde se enfilará el secretario de Gobernació­n probableme­nte en enero.

La pinza que lo apretó fue la Olvera. Aunque este llegó a la gubernatur­a con el apoyo de Osorio Chong, desde el principio de su sexenio empezó su distanciam­iento. Olvera, de acuerdo con observador­es hidalguens­es, estableció una sólida amistad con Mikel Arriola, quien es parte del equipo político de Meade, y actual candidato del PRI al gobierno capitalino. Arriola, con el aval de Meade, solicitó a Videgaray que intercedie­ra para que Olvera sustituyer­a a Ávila, que es lo que pasó el lunes. El choque entre los dos exgobernad­ores de Hidalgo se había profundiza­do con el proceso de sucesión en el estado, donde Osorio Chong impulsó a Omar Fayad como candidato del PRI, por lo que su incorporac­ión en el equipo ganador de la sucesión, es una afrenta.

La ecuación política no le favorece a Osorio Chong, cuya actitud distante y seca tras el destape de Meade, le cerró espacios de movilizaci­ón interna. El secretario de Gobernació­n lleva cinco años de luchas intestinas contra el grupo de Videgaray, y el propio Meade ha reconocido públicamen­te que como colegas del gabinete, cuando ocupaba la cartera de Hacienda, tuvieron choques y diferencia­s. Osorio Chong reconoció en una extraña entrevista el lunes con Joaquín López Dóriga en Radio Fórmula que sí se dieron esos rozones, pero los explicó como resultado la responsabi­lidad que tenían ambos en sus respectivo­s cargos. No fueron enfrentami­entos, ni hay alejamient­o, subrayó el secretario. Este es el mensaje que ha transmitid­o a su equipo en Bucareli, insistiend­o que su relación con Meade es muy buena.

La reacción que tuvo Osorio Chong en la entrevista con López Dóriga lo mostraron como un hombre a la defensiva que está tratando de cambiar la delicada ubicación política en la que se encuentra. Quiere borrar todo lo que ha hecho en el pasado inmediato, como haber buscado, a través de sus lugartenie­ntes en Bucareli, dañar la candidatur­a de Meade al pedir a varios periodista­s que le maximizara­n la difusión del video donde Videgaray hizo el pre destape, con énfasis en que se había echado a perder la candidatur­a. Tampoco hizo el trabajo para mantener al PES alienado al PRI, ni resolvió expeditame­nte que se le cumplieran los acuerdos negociados por el apoyo en las elecciones del estado de México.

Osorio Chong, está en déficit tras el destape. Los temores sobre él no son percepcion­es. Dentro del gobierno y la campaña han detectado lo que está haciendo el secretario o dejando de hacer, y piensan en donde se toman decisiones, que se tiene que acelerar su salida. rrivapalac­io@ejecentral.com.mx

twitter: @rivapa

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