Tiempos festivos y decisivos
Con temblor navideño en la capital ....
En realidad sólo fue leve estremecimiento en CDMX. El sismo fue más bien acapulqueño. Su brevedad parece haberlo hecho inofensivo. Se quejaron usuarios de que no haya sido más fuerte porque no alcanzó a darles señal en su aplicación por falta de intensidad. Para muchos empleados, oficinistas y trabajadores fue sólo un asustado y fugaz quiebre para hacer un poco de ejercicio.
Llamó la atención en el mundo la audacia solidaria del Papa Francisco por la petición de amplio espectro dirigida a secuestradores de todos los rumbos. Dejar libres a sus secuestrados en este tiempo navideño para que pudieran volver a sus hogares a reiniciar su vida sin ataduras. El misterio de la Navidad llega en algunos casos a altas esferas de poder para hacer posibles los diàlogos que conducen a la paz. A derribar muros y tender puentes, a destruir armas de exterminio o a condonar endeudamientos impagables de paìses menores.
Los tiempos navideños y de Epifanía hacen el ámbito propicio para que surjan actitudes, iniciativas intrépidas subrayando amor, justifica o libertad y paz. Son como regalos divinos a la humanidad a través de hombres de buena voluntad. Suele ser costumbre de ejemplaridad el liberar a reos que llenen un perfil previamente aceptado. La captación de un bien inestimable recibido gratuitamente por pura bondad, hace que el Niño del pesebre se vea como un don espiritual de liberación en el tiempo y de una plenitud de vida en la eternidad. Entonces tiende a manifestarse la mejor versiòn de quienes son protagonistas o intentan practicar un liderazgo comunitario de servicio y no sólo de control y dominación.
Especialmente en los ambientes familiares y de servicio público, en convivencias eclesiales y en instituciones de producción el tiempo postnavideño abre un espacio de renovación de vida para enraizar valores esenciales de la calidad humana. En movimientos de base crece la sensibilidad y la generosidad para asociarse en proyectos sencillos y efectivos. Se ofrecen así soluciones fraternas que no son solo filantropía o dádiva sino promoción humana y capacitación.
La codiciosa industria de las armas detecta las tensiones y las discordias, las desavenencias y los intereses encontrados. Cualquier hedor de guerra le anuncia un prospecto de cliente para su producto de muerte. El acecho de la violencia es permanente. No necesitamos las pascuas de Navidad solo para que se alarguen los puentes vacacionales por encadenar lo guadalupano con lo navideño, con el año nuevo y los Magos de Oriente. La necesidad es visceral, existencial, humana. Contemplar a Dios que participa de lo humano por puro amor, para que hombre y mujer puedan participar de lo divino. Y que eso le dé el mejor sentido a esta vida fluyente como lo hace el río hacia el mar...