Alza en gas LP y la cuesta que comienza
La cuesta de enero podría agravarse pues el aumento del salario mínimo ha quedado sepultado por el encarecimiento de los combustibles; tan sólo en Coahuila el alza del gas LP fue de 58 por ciento
Han pasado sólo cuatro días de este año, pero la carestía en algunos productos y servicios comienzan a darse a conocer, con lo que la cuesta de enero empieza a trazarse con una mayor pendiente.
Ayer fue el turno para el gas LP. La Comisión Reguladora de Energía detalló que, en el promedio nacional, este energético aumentó 2.3 por ciento en enero comparado con diciembre del año pasado.
Aunque la cifra parece mínima en esta comparativa, si se revisan los valores en un año, el gas LP ha tenido una variación considerable.
Tan sólo en Coahuila, que según cifras de la misma autoridad reguladora es una de las entidades donde mayor ajuste a la alza se ha tenido, este energético se encareció 58 por ciento.
Al igual que la gasolina, el gas LP sufrió la liberalización de su precio a inicios del año pasado, es decir, dejó de ser solventado por una economía ficticia que había mantenido la autoridad federal.
Sin embargo, en este proceso, la sociedad resintió de golpe una variación que dañó severamente su bolsillo.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en su última medición de la inflación, detectó que ambos combustibles siguen siendo de los principales factores que han impactado en este indicador.
Que estos precios varíen impacta en toda una cadena de servicios y productos que, de una u otra manera, requieren de los energéticos.
Con ello, muchos de los servicios y productos han tenido profundas variaciones en sus precios que sepultan el aumento al salario que se aprueba año con año. Tan sólo para 2018, se avaló que el salario mínimo aumentara 3.9 puntos porcentuales.
Con estas alzas marginales, la cuesta de enero, que constituye una de las tradiciones más arraigadas entre la sociedad mexicana, pero es una que todo mundo ha asumido históricamente con estoicismo porque se trata de una “crisis” provocada por los excesos personales cometidos durante las fiestas decembrinas, se podría agravar.
De no pasar algo extraordinario, preparemos el bolsillo: la cuesta podría tener una mayor pendiente.