ANTON, BIRRI … Y GUILLERMO DEL TORO
El 2017 no nos dejó sin llevarse talentos artísticos
que dejaron su huella en el quehacer cinematográfico como fue el caso del escenógrafo mexicano David Anton y el cineasta argentino Fernando Birri.
Con tan sólo unas horas de diferencia, el jueves 28 de diciembre fallecieron el primero a los 94 años de edad y el segundo a los 92. Anton, aunque conocido mayormente por su legado en los escenarios teatrales, en su paso por el cine colaboró en el departamento de arte con el maestro Julio Bracho en la película “Andante”, de 1969; con el controvertido cineasta chileno Alejandro Jodorowsky en el clásico del clásico de culto “La Montaña Sagrada”, de 1973, mientras que en los años 80 fue requerido en su caso por el realizador galo Francis Veber (“La jaula de las locas”) para la comedia filmada en México “Más locos que una cabra”, protagonizada por el actor francés Gerard Depardieu y el mexicano Pedro Armendáriz Jr., entre otros.
En 1981 fue otro de los grandes directores aún vigentes de nuestro cine, Arturo Ripstein, quien lo llamó a ser parte del departamento de arte de su película “Rastro de muerte”, protagonizada también por uno de sus actores fetiches como Pedro Armendáriz y Ernesto Gómez Cruz pero también por los coahuilenses Humberto Zurita, Julio Aldama y Gerardo Moscoso, y en 1985 “Toña Machetes”, la cinta que al declinar protagonizar como su regreso al cine “La Doña” María Félix la estelarizó Sonia Infante bajo la dirección de Raúl Araiza.
Por su parte, Fernando Birri, es considerado “padre del cine latinoamericano” por haber fundado en 1956 el Instituto de Cinematografía de la Universidad Nacional del Litoral en Argentina y en 1986 la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de Los Baños (EICTV), de Cuba, de la que también fue director. Según lo informó el IMCINE, Birri desarrolló también una extensa obra como director en la que se destacan “Tire Dié”, de 1960; el primer documental sociopolítico de Argentina “Los indundados”, de 1961; “Mi hijo el Ché”, de 1985; “Un señor muy viejo con las alas enormes”, de 1988; “El siglo del viento”, de 1999 y “El Fausto Criollo”, del 2011.
A estos decesos se les unieron en el cine norteamericano el del editor de origen alemán ganador del Oscar por su trabajo en el clásico musical “Amor sin barreras” (Robert Wise y Jerome Robbins, 1961), Thomas Stanford, a los 93 años de edad el pasado 23 de diciembre, en su hogar de Santa Fé, Nuevo México, y a principios de este año el de la actriz y modelo norteamericana Darlanne Fluegel a los 64 años de edad de complicaciones generadas por el alzheimer, el 15 de diciembre en su casa de Orlando, Florida. A Darlene se le recuerdan participaciones en películas ochenteras como “Érase una vez en América” (Sergio Leone, 1984);”Vivir y morir en Los Ángeles” (William Friekdin, 1985) y “Dos policías en apuros” (Peter Hyams, 1986), entre otras más. Descansen en paz.
Para terminar, y en notas más agradables, tal y como lo anticipamos a mediados de diciembre, el domingo pasado se llevaron a cabo los Globos de Oro a lo mejor en cine y televisión del 2018, y aunque no fue la máxima ganadora como sí fue la más nominada, “La forma del agua” dio a nuestro compatriota el primer Globo de Oro de su filmografía al Mejor Director … justo 25 años después de haberlo hecho el máximo ganador de Arieles por su memorable ópera prima “Cronos”, de 1992, perfilándose no sólo para ser nominado sino ganar también el Oscar al Mejor Director. ¡Felicidades!