ACECHA A MÉXICO UNA ‘TORMENTA PERFECTA’: NYT
NUEVA YORK.- Tres nubarrones amenazan el futuro del país: el ajuste fiscal de Donald Trump, el posible fin del TLCAN y una elección presidencial que traería una era de agitación e incertidumbre para la economía y la sociedad en general.
CAMBIOS TRIBUTARIOS
La primera amenaza tiene poco que ver con las políticas internas del país y está fuera de su control. Según economistas, es muy probable que la reforma fiscal de Trump implique tres desventajas considerables para México.
La primera es que los conglomerados decidan cambiar su sede y residencia legal a EU para aprovechar la tasa del impuesto corporativo, que ahora es mucho más baja (30% en México y 21% en EU).
Si bien esto no necesariamente moverá empleos de un país a otro, podría desalentar la inversión extranjera, o incluso la doméstica.
Además, las corporaciones de EU con grandes inversiones en México podrían optar por repatriar dinero y empleos a su país.
Por último, el paquete fiscal fácilmente podría disuadir a empresas de EU de invertir en México, aun en última sin un impuesto fronterizo ni uno al valor agregado de importación.
En teoría, México podría contrarrestar las acciones con cambios al estilo Trump en su sistema fiscal, pero el golpe a ingresos estatales sería devastador.
TLC 2.0 EN 2019
La segunda amenaza es el fin del TLCAN, o, en el mejor de los casos, la postergación indefinida de la renegociación, algo que perpetuaría la incertidumbre.
Por elecciones presidenciales en México en julio y las intermedias de noviembre en EU, sería imposible que un acuerdo hipotético se ratificara antes de principios de 2019 en ambos congresos o en el parlamento canadiense.
Esto frenaría la inversión extranjera hasta determinar las nuevas reglas y permitiría que el gobierno de Trump siga amenazando con ponerle fin al TLCAN para obtener concesiones de México en otros temas.
Aunque México sobrevivirá sin el TLCAN, el impacto en la inversión, mucho más que en el comercio, sería devastador durante los primeros años.
VOTACIONES
La elección presidencial en México promete ser, en esencia, libre y justa: otro logro. Sin embargo, el resultado, al menos según las encuestas más recientes, promete ser problemático. La razón es Andrés Manuel López Obrador.
El problema no es ganará, sino si la comunidad empresarial extranjera y nacional cree que lo hará. Parece que sí y ya actúan en consecuencia.
Más allá de si las predicciones de que sería otro Hugo Chávez o Luis Echeverría sean válidas o no; la cuestión es si los inversionistas creen en ellas. También parece que sí, y están retrasando sus proyectos en curso o posponiendo los nuevos hasta después de la elección.
Muchos esperan que López Obrador trate de cumplir muchas de sus promesas. Estas van desde echar para atrás la reforma energética y la cancelación de la construcción de un nuevo aeropuerto en Ciudad de México hasta un gasto público más elevado (y necesario) para combatir la pobreza. Con información del NYT