Vanguardia

Dulcerías ‘hacen su agosto’ en enero

- STAFF (Con informació­n de Paulina Pámanes)

Por tradición la “temporada alta” para las dulcerías, además del Día del Niño es en enero y febrero.

Largas filas de clientes se pueden observar comprando dulces para los bolos de las “levantadas” del Niño Dios, lo que significa enormes ganancias para los dueños de estos negocios y grandes desembolso­s para los compradore­s.

Que las bolsitas, los bombones, el cacahuate, la naranja, el chicle, los dulces y párele de contar... ahí ya suman más de 300 pesos para un bolo modesto, porque además hay que comprar el ropón del Niño; en todo esto los padrinos vienen gastando más de 500 pesos.

Kareli es una “madrina” muy práctica; prefiere comprar los bolos hechos y así se ahorra tiempo y dinero. Hay bolsitas para todos los presupuest­os: desde los 6 hasta los 25 pesos.

“Yo compro 50 bolos de a 10 pesos, pero ya no tengo que andar buscando dulces ni armando los bolos; luego tengo que ir a buscar el vestidito, que puede alcanzar hasta los 600 pesos, ya depende del dinero que traiga uno, aunque hay más baratos y también son bonitos”, dice.

Hace un año el kilo de cacahuate costaba 25 pesos; ahora no lo consigue por menos de 35 pesos, los dulces también han encarecido, lo mismo que la naranja que alcanza hasta 80 pesos el ciento. Sin embargo, las dulcerías de la ciudad lucen repletas y los empleados no se dan abasto, incluso en Materias Primas Cuéllar, de Múzquiz y Manuel Acuña hasta cierran la puerta para que los clientes entren por turnos.

Para Héctor Cuéllar de las Fuentes ya es costumbre recibir a la gente en éstas fechas.

“Está ahora más triste la situación económica, sin embargo, la gente sigue viniendo por los bolos preparados, hay bolos económicos”, comentó.

“A mí me gusta mucho atender a los clientes, estar al pendiente de sus necesidade­s para que se vayan satisfecho­s”.

“Está uno agradecido con el Niño Dios, es una tradición muy bonita,”, finalizó.

 ??  ?? Tradición. A “reventar” lucieron ayer las dulcerías de la ciudad; cientos de saltillens­es salen a comprar los bolos para la levantada del Niño Dios.
Tradición. A “reventar” lucieron ayer las dulcerías de la ciudad; cientos de saltillens­es salen a comprar los bolos para la levantada del Niño Dios.

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