Los tres retos de Salvador
Finalmente llegó Salvador Hernández Vélez a la Rectoría de la UADEC. Su cercanía con el gobernador Miguel Riquelme y el espaldarazo de Rubén Moreira inclinaron la balanza a su favor la tarde del lunes 22 de enero.
Dada la noticia, su excontrincante Francisco Osorio declinó contender por el rectorado con estatura ética e institucional.
Definido el camino, surgieron los tres desafíos de Salvador:
Primero: Despojarse de su militancia priista y privilegiar sus credenciales académicas y administrativas. Sus opositores no olvidarán su trabajo como diputado local para legalizar la deuda heredada por Humberto Moreira; y su defensa de la misma, como presidente del PRI.
Segundo: Fortalecer la calidad docente e investigativa, prestigio académico, internacionalización, oferta de posgrado, acreditación de los programas, inclusión, diversidad, innovación y empleabilidad de la universidad.
Sólo en el ranking de la revista América Economía Intelligence sobre las 50 mejores universidades públicas y privadas del país; la UADEC muestra el último año una caída estrepitosa: Ocupaba el lugar 37 en 2014, el 32 en 2015, el 27 en 2016 y cayó al 42 en 2017.
En el ranking de QS World University sobre las mejores universidades de América Latina; la UADEC en 2015, estaba en el lugar 201. En 2016 bajó al 251 de 300. Y permaneció en el 250, durante 2017 y 2018
Tercero: Fortalecer la autonomía de la universidad bajo tres criterios: Optar por un sistema de voto ponderado para elegir al Rector; en el cual participarían estudiantes (7%); personal técnico administrativo (18%) y profesores e investigadores (75%). La votación se realizaría en dos vueltas y la lista de candidatos se haría pública.
Fomentar la participación ciudadana —no priista— de los estudiantes con un impacto directo en la comunidad. E investigar, desde la universidad, sobre problemas concretos para abonar al diseño de políticas públicas en temas como drogas, feminicidio, suicidio, desorden urbano, deterioro ambiental, desaparecidos, etcétera. Estos son los tres retos de Salvador. Veremos y diremos.