Vanguardia

Café Montaigne 54

No es tan fácil ni sencillo el tema de escribir la historia del domingo, del viernes o la del lunes. La misma Biblia no pocas veces es un mar de contradicc­iones

-

Este tema es largo y dilatado. Es meterse en signos y símbolos anidados en nuestra memoria y pálido recuerdo. Es tema de controvers­ia y de nunca acabar. El tema es polémico. Lo voy abordar aquí, aunque bien y también podría ser tema de “Hablemos de Dios.” pero en realidad es tema para un libro. Sí, un libro completo. Comenzamos sin más dilación. Hoy en que usted me lee, hoy al tomarse usted este café conmigo, es sábado, es “Sabbat”, y para los hermanos judíos (hebreos), es el día consagrado, el séptimo día para ellos, dedicado al cese de actividade­s, lo cual es obligado y se exige respeto total. Lo anterior es el relato de la creación el cual leemos en Génesis 2. 2-3. Es decir, Dios acabó la creación al séptimo día y descansó.

Por ello leemos en Éxodo 2:8: “acuérdate del sábado para santificar­lo…” Acuérdate del Sabbat. Y se le consagra a Dios, el hombre descansa, pero ojo, también se le debe de consagrar a los animales: “el buey y el asno no deben de trabajar…” Si esto es la ordenanza bíblica, ¿cuándo cambiamos el sábado por el domingo, no día de oración, sino día de jolgorio, deportes y descanso? Siendo más precisos, quién y cuándo se inventó el domingo, el día domingo. ¿Su invento es reciente, es novedoso o ya tiene decenas de años apuntalado en la historia de la humanidad? En la tradición judía y para seguir con el punto de partida, el sábado era el eje sobre el cual circulaban todos los demás días de la semana. Por ello no pocas veces se lee, el primer día después del sábado o primer día de la semana (Mateo 28.1), el segundo día después del sábado… y así hasta llegar de nuevo al Sabbat. Lo anterior es de vital importanci­a, de aquí entonces que la semana se medía, se contaba de sábado a sábado, usted puede leer una referencia de ello en Lucas 18:12.

¿Cuándo entonces se cambió el sábado por el domingo? ¿Quién lo hizo y con qué fin? ¿Podríamos hacer una historia del domingo, una del martes, una historia del viernes y de todos los días de la semana? Sin duda, sí. El tema es apasionant­e. Los vascos, por ejemplos, tenían tres días por semana. Los chinos y egipcios utilizaban la semana de diez días, los aztecas de trece días. Hubo un tiempo en que la Revolución Francesa, dicho movimiento propuso una semana de diez días. Pero, ¿no sería mejor como en la antigüedad, manejar el tiempo y los ciclos de acuerdo por eventos y sucesos, no por fechas en el calendario? Se lo he platicado antes aquí: no somos los mismos cuando por un problema de salud, perdemos un ojo, un dedo, una mano. Ya no somos los mismos. Da igual que sea 12 de abril, 39 de noviembre o 24 de diciembre. Es intrascend­ente.

Jules Leclercq en una obra portentosa habla de que en tiempos de la Europa Medieval, al Sabbat le llamaban “santo ocio”. Y si se trata de ocio y disfrutar este aburrido mundo, nada como el séptimo día ya para nosotros, para ver por televisión a los “héroes del domingo”, es decir, a las escuadras de la NFL, a los jugadores enfundados en sus trajes de gladiadore­s modernos para jugar eso que es una religión contemporá­nea, el “Futbol Americano”. De hecho, esta es una condena, un anatema que algún día me lanzaron los hermanos de una Iglesia Cristiana a la cual iba dominicalm­ente. Aquí ya se lo conté. Al dejar de ir al templo, una comisión de hermanos fue a mi residencia y me preguntaro­n por mis recurrente­s faltas. Yo sólo les dije la verdad: tenía que ver perder a los Dallas Cowboys y claro, ver ganar a mis Pittsburgh Steelers. Caray, me amenazaron, dijeron que Jehová se iba a vengar de mí. Puf.

¿Cuál es entonces el día del Señor? ¿Un sábado o un domingo? ¿O da igual si uno no cree en cosas religiosas y sólo nos movemos en base a virtudes civiles de un calendario legal de siete días, hoy tan aceptado en el mundo? Aceptado para fines de medida de tiempo, pero no en materia de agricultur­a, cultivos, ciclos de vida en el campo, estaciones de lluvia y esqueje, poda de árboles o canículas letales. ¿Por qué en la vecina ciudad de Ramos Arizpe, donde vive mi amigo don Ricardo Aguirre, aún y hace pocos años, los jóvenes novios y sus familias tenían una muletilla con doble sentido como lo somos los mexicanos en nuestro lenguaje, para definir el tiempo para su casamiento? ¿Cómo lo acordaban? Hasta que el chile les llegara hasta la rodilla…

Sí, hasta que la mata de chile (cultivo) en lo campos de labranza, ya casi desapareci­dos hoy, les llegaba a los hombres de la labor, hasta la rodilla. Entonces y sólo entonces, al tener los suficiente­s bastimento­s, dinero y cosecha, los novios se podían casar. ¿Ya vio que no es tan fácil ni sencillo el tema de escribir la historia del domingo, del viernes o la del lunes? Por cierto, la misma Biblia que no pocas veces es un mar de contradicc­iones, cuando hablan sus profetas como Isaías y Oseas, reniegan del Sabbat y lanzan imprecacio­nes contra tal día por el carácter de fiestas ligadas al paganismo de los ciclos lunares. Uf. Apenas vamos iniciando al explorar los días de la semana. En el siglo V, Bonifacio de Mayencia, ordenó que si se descubría que alguien estaba arando en domingo, “se le confiscarí­a el buey.”

LETRAS MINÚSCULAS

Un domingo sin futbol Americano es letra muerta. Y mis Steelers fueron liquidados en playoffs. Fin.

 ??  ?? JESÚS R. CEDILLO
JESÚS R. CEDILLO

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico