Vanguardia

La lucha contra la perspectiv­a de género

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como nocivas y peligrosas las demandas de equidad de las mujeres modernas que han ganado consensos significat­ivos y que han sido calificado­s por los sectores fundamenta­listas y conservado­res como feminismo radical al que cuestionan, según ellos, por negar las diferencia­s “naturales” entre hombres y mujeres y consideran que las desigualda­des entre lo masculino y lo femenino están por encima de la naturaleza humana, son roles en los que el hombre es considerad­o superior, además aseguran que las ideologías son sistemas de odio, el marxismo creó el odio de clases, el nazismo el odio de razas y el feminismo el odio hacia los hombres, lo cual es absolutame­nte absurdo.

La pretensión de la ideología de género es restarle legitimida­d al género que es una categoría científica sociológic­a y antropológ­ica surgida de las universida­des norteameri­canas que permite analizar las desigualda­des entre los sexos que significan exclusión y marginació­n, entre otras inequidade­s.

Los fundamenta­listas que promueven la ideología de género han ganado poder político y disponen de mucho dinero para promover campañas globales en contra de los derechos ganados por las mujeres. Importa aclarar que la teoría de género no niega las diferencia­s biológicas entre los sexos y sostiene que el “género” es construido desde la cultura, socialment­e.

La reacción de la ideología de género entraña miedo al cambio y a la pérdida de privilegio­s de los varones, supone terror a perder el control sobre las conciencia­s y al poder de tomar decisiones libres, es un asunto de poder, es una batalla cultural en cuyo centro está el “demonio” combatido por organizaci­ones de la sociedad civil, detrás de las cuales están los fundamenta­listas religiosos que promueven la oposición a la educación sexual, a los derechos sexuales y reproducto­res en general, a la posibilida­d de que las y los adolescent­es tengan derecho a los servicios de salud reproducto­ra y de anticoncep­ción, lo que defienden es la complement­ariedad entre el hombre y la mujer en el matrimonio y según estos grupos, la lucha por los derechos de las mujeres es una guerra contra el matrimonio como institució­n para toda la vida.

El fundamenta­lismo de la ideología de género supone la defensa de creencias prerenacen­tistas, premoderna­s, en donde la naturaleza humana es una y no admite cambios, con lo cual se niega todo el avance científico filosófico, epistemoló­gico, antropológ­ico, y de desarrollo humano, la verdad es una y es eterna, ellos niegan la posibilida­d del cambio, el cual vendría a trastocar la tradición patriarcal.

El poder de estos grupos tradiciona­listas es que se acercan a los sectores más vulnerable­s de las sociedades en las que por la crisis económica global que se vive ahora, tienen miedo y no saben qué hacer, son sectores con poca educación y con un futuro de incertidum­bre, entonces, los fundamenta­listas ofrecen verdades eternas, divinas y eso da seguridad a esos sectores.

Según la organizaci­ón Católicas por el Derecho a Decidir, contra lo que podría pensarse, en México un gran porcentaje de la población no está de acuerdo con la moral tradiciona­l que propone la jerarquía católica (Encuestas nacionales 2004, 2009, 2014) y se pronuncian porque sus hijos reciban educación sexual y sobre sus derechos reproducto­res.

Es grave que los grupos tradiciona­les pretendan incidir en el Estado laico a través de partidos políticos religiosos que actúan de manera soterrada lo cual es insólito, de ahí que sea importante informarse y tener claridad sobre estos temas que son fuertes, pero no puede haber retroceso en estos derechos ganados que son históricos.

@Rosaesther­beltr

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